El asesino de Manuela Chavero, su vecino Eugenio Delgado, protagonizó a las 9 de la mañana de este viernes 7 de mayo la reconstrucción de los hechos que acontecieron en la madrugada del 5 de julio de 2016 en la que el varón acabó con la vida de la fémina de 42 años.
La cita ha tenido lugar en la calle Cerezo de Monasterio donde ocurrió el suceso. La comisión judicial, dirigida por el titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Zafra en Badajoz, ha acompañado al preso durante el tiempo que ha llevado el cometido.
La reconstrucción del asesinato ha finalizado a las 14.00 horas porque los agentes y el convicto han acudido a todos los escenarios que el cuerpo sin vida de la pacense recorrió aquella noche desde que fue sustraída de su hogar hasta que fue enterrada por el autor material de los hechos.
La investigación ha comenzado en la casa de Manuela Chavero donde la madre de familia se encontraba a solas intercambiándose mensajes, una casa ubicada a pocos metros de la de su asesino.
Acto seguido, la policía se ha dirigido con Eugenio Delgado, a la casa del culpable donde presuntamente la mujer perdió la vida de manera accidental, según cuenta el homicida en su declaración.
El varón que por aquel entonces contaba con 24 años de edad y que a día de hoy permanece ingresado en la prisión de Badajoz desde el pasado septiembre, fue llevado también al cortijo que posee a 5 kilómetros de su casa donde trasladó el cuerpo de Manuela Chavero.
La última localización a la que acudieron fue la zorrera situada más o menos a un kilómetro de la casa rural, donde Eugenio Delgado enterró el cuerpo de la víctima.
Hasta la localidad de Monesterio también se desplazaron los máximos responsables de la Sección de Homicidios y Desaparecidos de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, por orden de un juez.
El objetivo de esta labor en la que ha participado el preso ha sido confirmar que los hechos ocurrieron como declaró Eugenio Delgado.
Por otro lado, la reconstrucción de los hechos pretendía arrojar luz sobre las lesiones que presentaba la fallecida. Se pretendió descubrir si algunas de ellas podían haber sido fruto de la movilización del cuerpo desde el lugar del crimen hasta donde fue enterrado.
Según la versión del asesino, el varón de 24 años se sirvió de su tractor con pala para atravesar el campo y conducir el cuerpo de la víctima hasta la zorrera.
Una agente hizo de figurante para lograr un fiel reflejo de lo que sucedió
Según han informado, la UCO ha acudido a una de sus agentes para construir fielmente lo que aconteció aquella madrugada de julio.
La mujer con rasgos muy similares a Manuela Chavero ha actuado como figurante «salvo en determinados momentos en los que se recurrirá a un maniquí» por la seguridad de la agente.
El acusado se mantiene firme en la versión que contó a los investigadores. Según el vecino de la asesinada, acudió aquella noche a casa de Manuela porque vio luz encendida. Su intención era devolverle a su vecina una cuna que le había prestado. Después ella le acompañó hasta su casa.
Ambos forcejearon, Manuela se cayó y se dio un golpe en la cabeza de manera accidental, supuestamente y según Delgado esto le causó la muerte. El joven se asustó, introdujo el cuerpo sin vida en su Opel Vectra y se dirigió a su finca.
El preso aseguró a los investigadores que la dejó en el cortijo porque no sabía qué hacer y regresó a su casa. Hacia las 6 de la mañana volvió a donde había dejado el cuerpo, lo desnudó, quemó la ropa, envolvió a la fallecida en una sábana y un albornoz y la llevó en la pala del tractor hasta el lugar donde la enterró.
Cuatro años después la UCO le detuvo después de varios meses realizándole un seguimiento. Antes de la detención, Delgado confesó a un abogado de Sevilla y a un testigo protegido que se había planteado entregarse. La Fiscalía y la acusación particular solicitaron esta reconstrucción para esclarecer cómo murió la mujer conocida como Manoli.