La sociedad se pregunta cómo será la vida tras el coronavirus. La economía no podrá echar a andar sin una adecuada planificación y sin el control de los movimientos de las personas y de su acceso a lugares públicos. Esto será posible gracias a la tecnología y nuestro teléfono móvil se convertirá en la clave para la vuelta a la vida como la conocíamos antes del inicio de la pandemia.
Así las cosas, gracias a los teléfonos móviles se podrá permitir el acceso a bares y restaurantes a personas que acrediten que han padecido ya el virus, que no tienen síntomas o que no han estado cerca de alguien que está contagiado del covid-19.
Cada persona sabrá cuándo está cerca de otra contagiada
Si hablamos de la compra de entradas para el fútbol, para el teatro o el cine, podrá estar anexada al historial médico y se podrán enviar avisos al móvil cuando una persona se acerque a lugares donde se han detectado contagiados.
La tecnología que tenemos actualmente ya permite controlar el aislamiento de los pacientes asintomáticos y conocer a quienes dejen sus hogares casi en el momento en el que lo estén haciendo.
Además, la tecnología permite a la Policía obligar a los ciudadanos que presenten su móvil y acrediten que han pasado la enfermedad. Con ello, las aplicaciones de móviles que ya se utilizan en países asiáticos ya han permitido controlar la cuarentena de todos los extranjeros que recalen en su país.
Las aplicaciones móviles marcarán las pautas de movilidad sociales
Algunos países asiáticos como Corea del Sur, Japón o China ya están probando gran parte de estas ‘apps’ y muchas de ellas ya se utilizan a nivel masivo entre sus ciudadanos. Mientras, en Europa, la aplicación móvil PEPP-PT (Pan-European Privacy-Preserving Proximity Tracing) servirá de base para que los países del continente creen sus soluciones para el desescalado progresivo del confinamiento.
En el futuro, las aplicaciones móviles serán las que marquen las pautas de movilidad de las personas y el móvil será el nuevo pasaporte para entrar a los eventos masivos, ir a restaurantes o a sitios públicos y que las ‘apps’ que incluya permitan obtener la autorización final para ir al cine o para regular los tiempos de teletrabajo y las salidas con niños fuera del hogar.