Un asesino en serie en España que estrangula a las mujeres y arroja sus cuerpos a una acequia. Este es el rumor que circulaba hace unos meses a raíz de varios crimenes. El temor resurge ahora con el hallazgo del cuerpo de una mujer en un canal de riego en Cantillana (Sevilla).
Este lunes, la Guardia Civil localizó el cadáver de una mujer en el interior de un canal en el municipio sevillano de Carmona. Un vecino había encontrado el cuerpo de la víctima flotando en el agua. Llamó a emergencias y activaron el protocolo para este tipo de casos.
Junto a un equipo de médicos y forenses que confirmaron la muerte de la mujer, había efectivos de Policía Local y Guardia Civil que abrieron una investigación. Ahora están a la espera de los resultados de la autopsia. Inicialmente se trata como un caso aislado, sin conexión con el resto de víctimas.
El rumor sobre la existencia de un asesino en serie en España se extendió por la aparición de varios cadáveres con características similares. Desde noviembre del año pasado, cuatro mujeres fueron estranguladas y arrojadas a una acequia en la Comunidad Valencia. Esto levantó todas las sospechas.
Las redes sociales y los grupos de WhatsApp se llenaron de avisos sobre la presencia de un asesino que mataba a mujeres. El modus operandi de este supuesto criminal coincidiría con el crimen de otra mujer en Sevilla. Pero podría ser una simple coincidencia, como el resto de los asesinatos.
La muerte de Johana, el único caso resuelto
De hecho, la policía siempre trató el resto de los crímenes como casos aislados sin conexión alguna. El único caso resuelto es el de la muerte de Johana Andrea Aguilar en Burriana (Castellón). Un hombre, su pareja sentimental, fue detenido el pasado 29 de junio como presunto autor de los hechos.
El hecho de que el presunto asesino de Johana sea su pareja sentimental desmonta cualquier teoría sobre un asesino en serie. El cadáver de Johana apareció con signos de estrangulamiento cerca de una acequia. Un vecino la encontró en un paraje natural, ssobre un charco boca abajo.
Inicialmente pensaron en un suicidio o una muerte natural. El asesino había preparado la escena para que así lo pareciera, lo cual indica que era un invidiuo metódico e inteligente. Los investigadores no descartan que imitara el modus operandi del supuesto asesino en serie, para desviar la atención de la policía.
A Johana la mataron estrangulándola con una prenda de ropa que no llevaba el día de su muerte. Por lo tanto, alguien de su entorno había conseguido hacerse con ese complemento. Eso llevó a los agentes a estrechar el cerco sobre las personas del entorno de la víctima.
Olga y Alicia, casos sin resolver
Lejos de pensar en un asesino en serie, la hipótesis sobre la muerte de Johana Aguilar fue siempre la de un crimen pasional. Ahora se ha confirmado que fue un acto relacionado con la violencia machista. Su caso recuerda mucho al de Olga Pardo, una mujer fallecida pocas semanas antes, en abril.
Olga desapareció sin dejar rastro y apareció días después muerta, en una acequia. Fue estrangulada por su asesino, y desde el principio, la investigación se centró en interrogar a su círculo cercano. A fecha de hoy aún no han encontrado al autor y las pesquisas siguen bajo secreto.
Otro crimen sin resolver es el de Alicia Valera, una funcionara de Elche que fue estrangulada y arrojada a una acequia. Fue en noviembre del 2020, y la policía sigue trabajando en la hipótesis de un posible robo. Tampoco descartan un móvil pasional, por lo que su entorno más cercano está en el punto de mira.
Los expertos aseguran que el estrangulamiento es un modo de matar habitual cuando hay una cercanía entre víctima y verdugo. Por eso tiene sentido que estos crímenes fueran cometidos por personas del entorno de las víctimas. Y por lo tanto, se descartaría la presencia de un asesino en serie.
Florina, un caso singular
Entre la muerte de Alicia y el asesinato de Olga pasaron cinco meses y otro crimen, el de Florina Gogos. La mataron con el mismo método, la asfixia, y su cuerpo también apareció en un canal en Silla (Valencia). El suyo es otro crimen sin resolver que alimenta la teoría de la conspiración.
Pero sus circunstancias eran diferentes, porque esta joven de 19 años ejercía la prostitución a pie de carretera. Era víctima de una red de trata de blancas y se relacionó su muerte con una venganza o con algún cliente desalmado. De hecho, la policía estuvo siguiendo el rastro del último coche al que subió.
Las novedades sobre el caso de la mujer muerta aparecida en Sevilla tendrá que ayudar a completar el puzzle de estas misteriosas muertes. La policía descarta que haya un asesino en serie, pero no esconde su preocupación por la cadena de sucesos. De momento, la investigación sigue abierta.