Las nuevas variantes de coronavirus han puesto en jaque al mundo cuando parecía que las vacunas iban a ser la solución final a la enfermedad. Hasta ahora, se conocían tres que se han mostrado más peligrosas que la originaria de Wuhan: la británica, que ya está muy extendida en España; la brasileña y la sudafricana, de las que se han detectado casos en nuestro país, pero que todavía son minoritarias.
Tras estas variaciones apareció una cuarta a la que las autoridades sanitarias no quitan el ojo de encima, la 'californiana', pero Sanidad ha revelado que el ministerio ya le sigue la pista a otras tres ante la posibilidad de que lleguen a España: la portuguesa, la de Nueva York y la de Uganda.
Así lo ha hecho constar Sanidad en el documento 'Circulación de variantes de SARS-CoV2-2 de interés para la salud pública en España', donde se analizan las distintas variantes que ya hay en España y aquellas a las que se sigue la pista para evitar que lleguen o que, si lo hacen, se extiendan, ante la posibilidad de que pueda ser más transmisibles, más letales o más resistentes a las vacunas.
Este último punto de eficacia de las vacunas es el que más preocupa cuando todo indicaba que las vacunas iban a conseguir que las restricciones empezasen a relajarse a partir del verano. Si estas variantes esquivan los anticuerpos que proporcionan las vacunas, no habrá 'nueva normalidad' a la que volver.
Las variantes que ya están en España
Además de la variante original del coronavirus, la que se originó en Wuhan, en España ya hay otras tres variantes en circulación. La británica (B.1.1.7) es la que está más extendida, ya que en algunas comunidades incluso se ha convertido en la predominante, como en Madrid, donde más del 50% de los nuevos casos ya son de esta variante.
El peligro de esta variante está en su transmisibilidad, ya que se estima que es un 70% más contagiosa, pero los estudios más recientes, según autoridades británicas, han alertado de que podría ser también un 58% más letal. Por suerte, no parece que esta variante impacte demasiado en el efecto de las vacunas.
La variante sudafricana (B.1.351 (501.V2)) también ha llegado a España, aunque se han detectado pocos casos y la mayoría localizados en brotes. Uno de sus principales peligros es que, igual que la británica, es más transmisible, pero lo que más preocupa es que la reducción de la efectividad vacunal es entre moderada y alta, por lo que podría tener un fuerte impacto en las restricciones a medio y largo plazo si se extiende.
En cuanto a la variante brasileña (P.1), de la que hay pocos casos en España, la principal preocupación es que también pueda reducir los títulos de anticuerpos neutralizantes de las vacunas, y por lo tanto, esquivar la inmunidad. Hay una segunda variante brasileña (P.2) que está actualmente en estudio en Brasil y que también podría reducir la capacidad de neutralización de las vacunas.
Nuevas variantes que preocupan
En Estados Unidos se han detectado dos nuevas cepas, la variante californiana (B.1.429), que podría tener un grado más alto de transmisibilidad; y la de Nueva York (B.1.526), que se ha extendido rápidamente por el área metropolitana de la ciudad y que podría tener mutaciones que reduzcan la efectividad de las vacunas.
En Portugal se ha detectado otra variante (C.16) distinta que lleva dispersándose desde noviembre. En este caso también se mete que pueda comprometer la neutralización del coronavirus esquivando los anticuerpos de las vacunas.
Además de todas estas, hay otras dos variantes británicas que están en estudio, la A.23.1, que podría ser aún más transmisible; y la VOC 202102/02, similar a la primera variante británica, pero que además también podría afectar a la inmunización. La variante de Uganda estaría relacionada también con la británica, por lo que implicaría más transmisibilidad.