La Guardia Civil continúa trabajando para esclarecer lo ocurrido con Esther López la noche del 12 de enero. Después de recopilar toda la información, cada vez tienen más claro que Óscar, un amigo de la chica, es el principal sospechoso. Sin embargo, aún les queda por conseguir la prueba definitiva que les permita incriminarlo.
La familia de la víctima y los vecinos del pueblo desconfían de él. "Siguen pensando lo mismo desde que apareció el cuerpo", señalaron este viernes en El programa de Ana Rosa.
Los allegados de Esther están convencidos de que el cuerpo no permaneció en el sitio en el que fue localizado desde que desapareció. Además, siguen teniendo a Óscar en el punto de mira. Esta creencia también se puede extender al resto de vecinos del pueblo.
Tratan de presionar al principal sospechoso para que se declare culpable y acabe confesando el delito. A la entrada de su casa hay una pintada en donde le reclaman que "cante".
También retiraron un cartel en el que se leía: "Tick, tack, te queda poco tiempo. No nos vas a engañar ni a España ni a todo Traspinedo".
El amigo de la joven ha llegado a declarar en seis ocasiones. En algunas ocasiones ha cambiado su relato, posiblemente para protegerse y tratando también de implicar a otras personas. La última vez fue hace diez días en los juzgados.
Se limitó a contestar con un "no sé, no me acuerdo", la mayoría de las preguntas. Sus aportaciones de poco sirvieron a los investigadores.
Lo que si tienen claro es que no ofrece ningún tipo de credibilidad. Los datos tecnológicos que arrojaron los móviles y su vehículo acaban contradiciendo su discurso.
La familia de Esther López cree que "no lo hizo solo, alguien tuvo que ayudarle". El sospechoso se ha mantenido siempre muy seguro, y en ningún momento ha dado muestras de bajón o de arrepentimiento. Cuando revelan datos que le incriminan con la muerte, siempre contesta que "no tiene explicación".
Algunos de sus amigos han asegurado que "nunca les ha gustado el ambiente en el que se movía". Hicieron todo lo posible por colaborar con la Guardia Civil para elaborar un perfil del chico. Durante los últimos meses han querido conocer con detalle a Óscar, y para ello han entrevistado a amigos y familiares.
"Se iba a tomar una cerveza un viernes y volvía el domingo. Algunas veces tuvimos que ir a buscarlo", explican personas de su entorno.
Era habitual que saliera y cometiera excesos. Lo que nunca pensaron es que pudiera verse salpicado por un asunto de estas características.
Esther López estuvo con él varias horas esa noche
La noche de la desaparición, Esther López permaneció con él en uno de los bares del pueblo. "Entre las 22:40 y las 1:50 estuvieron todo el rato jugando a las recreativas y fueron pidiendo botellines de quintos de cerveza", apuntó un testigo.
Explican que "le iba bien por el tipo de vida que llevaba. Incluso tenía una caja fuerte con dinero, pero no sé cuánto había exactamente", dijo otra persona. Al parecer, sus comportamientos le habían generado algún problema con la gente de su entorno y que incluso estuvo a punto de perder unas propiedades.
Cuenta con una casa en Valladolid y gestiona varias empresas. El inmueble casi lo pone a la venta ante la falta de liquidez. "Hablamos de tres años atrás, pero esto está solventado y no conozco que tenga interés de vender su piso", añadieron.
El caso de Esther López está pendiente de una serie de análisis para esclarecerse. Mientras tanto, todos apuntan hacia la misma persona.