Miguel, un fisioterapeuta de la localidad valenciana de Torrent, es el protagonista de un escabroso suceso que ha conmocionado España. El pasado martes fue detenido por un presunto delito de abusos sexuales a una bebé de dos años. La niña tenía parálisis cerebral y era su paciente.
El juzgado de instrucción ha decretado su ingreso en prisión provisional comunicada y sin fianza. El fisioterapeura se acogió a su derecho a no declarar ante el juez, aunque inicialmente había argumentado que se trataba de una terapia experimental. La Policía Nacional sigue con la investigación.
Están investigando este caso de presuntos abusos sexuales contra la menor, y también si pudiera haber más víctimas. El detenido es un español de 30 años que llevaba desde 2017 en la empresa. No tiene antecedentes policiales y era un profesional admirado que nunca levantó sospechas.
Cerró la puerta con llave
Todo se desató el pasado martes, durante la visita de unos padres moldavos con su hija de dos años. Los hechos se produjeron en un edificio de titularidad municipal, la Casa de la Dona, en Torrent. Allí, Miguel trabajaba como terapeuta para una empresa subcontratada por el ayuntamiento.
Normalmente las visitas se realizan en presencia de los padres o con la puerta abierta, pero esta vez fue diferente. El profesional se quedó a solas con la niña dentro de la consulta, y cerró la puerta con llave. Ante los llantos que se escuchaban de la niña, los padres fueron a espiar por la ventana.
Fue entonces cuando vieron al sujeto con los pantalones bajados y echaron abajo la puerta para socorrer a la menor. En ese momento vieron a la bebé desnuda de cintura para abajo, y al sospechoso tirando un condón por la ventana. Más tarde, la policía encontraría este preservativo.
La excusa surrealista
Acto seguido se produjo un forcejeo entre el padre y el presunto abusador, y le retuvo para que no escapara. Una patrulla de policía se dirigió hasta el lugar para efectuar la detención. En el despacho encontraron un pañuelo con restos de sangre y un bote de aloe vera que habría usado para el acto sexual.
Estas pruebas se están analizando en el laboratorio y formarán parte de la investigación. Esta cuenta además con el atestado policial y la exploración de la niña, que determinará el alcance de la agresión sexual. El detenido compareció ante el juez pero se negó a declarar y se encuentra en prisión provisional.
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En un primer momento explicó que estaba realizando una novedosa terapia consistente en la estimulación anal. También argumentó que era la primera que la practicaba, aunque después guardó silencio ante el juez. El caso ha causado una gran consternación entre sus compañeros del centro.
Muy considerado
Miguel S.G. es un fisioterapeuta de 30 años que desde 2017 trabaja en la Casa de la Dona, en Torrent. Es vecino de otro municipio y se ganó el respeto de sus compañeros trabajando en terapias como la gestión de las emociones antes del parto. Además tenía una vertiente social y humanitaria.
En 2018 fundó una asociación para promover el deporte y hacerlo llegar a menores con discapacidad. Al trabajar en un entorno con este tipo de menores, la policía teme que lo del martes no sea un caso aislado. Él se define como experto en “terapia manual, ejercicios funcionales y punción seca”.
Es graduado por la Universidad de Valencia (UV) y técnico superior de animación de actividades físicas y deportivas. En su currículum constan también publicaciones de estudios sobre neonatología, y ha trabajado en técnicas a bebés prematuros. Sus compañeros le tenían en gran consideración.
Consternación en la Casa de la Dona
La Casa de la Dona ofrece servicios dirigidos a las mujeres víctimas de la violencia de género y menores con diversidad funcional. Una empresa subcontratada por el consistorio lleva a cabo la atención psicosocial a los niños. Una de las pacientes era esta niña de dos años con parálisis cerebral.
La niña llevaba ya varios meses acudiendo a la consulta de Miguel, y el martes por la tarde tenía cita para una nueva sesión de rehabilitación. La Casa de la Dona se dedica a ofrecer protección a las mujeres y a las menores. Por eso genera una gran confianza y nada hacía temer el horror que se vivió.
Los profesionales que allí trabajan están muy concienciados sobre la violencia de género, y por eso se encuentran en estado de shock. El presunto abusador habría aprovechado la confianza para quedarse a solas con la niña. Ahora le atribuyen un delito contra la libertad sexual a una menor de 16 años.