Tomás Gimeno desapareció con sus hijas el 27 de abril. Ayer apareció el cuerpo de una de ellas en el fondo del mar, y buscan el de la segunda. Lo hizo para vengarse de Beatriz, su ex, que había rehecho su vida junto a otro hombre bastante mayor.
Al mismo tiempo que saltaba la noticia sobre el hallazgo, se conocía otra desgracia. El ex de Rocío Caíz, la chica de 17 años desaparecida en España el 3 de junio, se entregó a la policía ayer por la tarde y confesó haberla matado y descuartizado.
Han sido 12 horas de horror en España. Todo el país sigue consternado por el hallazgo del cuerpo de Olivia, de solo 6 años, y por la muerte de Rocío, madre de un bebé de cuatro meses. Sus nombres se añaden a la lista de víctimas de violencia de género.
El ministerio de Igualdad ha confirmado que Rocío Caíz es la víctima número 18. Queda por confirmar las circunstancias de la muerte de Olivia, por lo que aún no ha sido contabilizada en la estadística. Lo mismo con Anna, cuyo cuerpo aún no se ha encontrado.
Con estas nuevas muertes, 2021 es ya oficialmente un año negro de la violencia de género. Y solo llevamos la mitad. España ha experimentado un preocupante repunte de muertes por el machismo en el último mes.
Hasta el lunes 17 de mayo habían muerto en España 10 mujeres por la violencia machista. En menos de un mes han fallecido 8 mujeres más. Los expertos creen que el fin del estado de alarma puede estar detrás de esta escalada de asesinatos.
Los maltratadores sienten que sin el confinamiento pierden el control sobre sus parejas. No hay que destacar tampoco un efecto llamada. En 2020 murieron 43 mujeres a manos de sus parejas, siete de ellas en el mes de enero.
Mayo, el mes más negro en año y medio
Warda murió la madrugada del domingo al lunes 17 de mayo de 2018 junto con su hijo Mohammed, de siete años. Desde 2015 se cuentan los menores como víctimas de violencia de género. Anna y Olivia formarían parte por lo tanto de la estadística.
Desde Warda hasta Rocío Caíz han muerto siete mujeres más a manos de sus parejas. Mayo fue el mes más negro de la violencia machista desde enero de 2020, con siete víctimas. Estas son las mujeres asesinadas en el último mes.
- 18 de mayo: Betty, 52 años, Creixell (Tarragona)
- 18 de mayo: Lucia, 42 años, Corbera de Llobregat (Barcelona)
- 20 de mayo: María Teresa, 48 años, Pola de Laviana (Asturias)
- 23 de mayo: Katty, 35 años, Zaragoza
- 29 de mayo: Nicoleta Clara, 41 años, Alovera (Guadalajara)
- 3 de junio: Alla Bukancova, 48 años, Porqueres (Girona)
- 6 de junio: Katherine, 59 años, Pozuelo de Alarcón (Madrid)
Rocío Caíz, un crimen escabroso
Rocío Caíz es la víctima número 18 de la violencia de género en España. Desapareció el jueves 3 de junio en Estepa (Sevilla). Le dijo a su madre que iba a casa de su ex pareja a buscar las cosas de su bebé de cuatro meses.
Rocío tenía 17 años y había decidido poner fin a la relación tras nacer su bebé. Él es un joven rumano de 23 años, Adrian. Se habían conocido cuando ella tenía 11, y se quedó embarazada a los 16.
Ella era de Martín de la Jara, a 25 kilómetros de la vivienda de su ex pareja, en Estepa. Fue en taxi hasta su casa, para recoger el cochecito de la niña. Pero no volvió a casa, y su familia notificó su desaparición al día siguiente.
La Guardia Civil sospechó desde el primer momento de Adrian. La hermana de Rocío recibió un mensaje en el que le decía que se iba a Badajoz con un chico que había conocido. ¿Para qué entonces había ido a buscar el cochecito del bebé?
Además, el mensaje no cuadraba con la forma de escribir de Rocío. El caso se resolvió ayer por la tarde, cuando Adrian se personó en la comisaría de la Guardia Civil y confesó haberla matado. Dice que la mató esa misma noche y la descuartizó.
Anna y Olivia, un caso de violencia vicaria
El caso de Rocío se suma a la trágica aparición del cadáver de Olivia, de 6 años. Ella y su hermana desaparecieron en Tenerife el 27 de junio, cuando estaban a cargo de su padre. La policía siempre pensó que Tomás Gimeno las había matado y se había suicidado.
Se trata de un caso de violencia vicaria, otro tipo de violencia de género que tiene otros ejemplos trágicos en España. El más célebre el de José Bretón, que en octubre de 2011 secuestró a sus hijos Ruth y José, de 2 y 6 años, los mató y los incineró en la finca familiar.
La violencia vicaria es la violencia que ejerce un progenitor sobre sus hijos para infligir dolor a su pareja. En este caso, Tomás Gimeno actuó movido por los celos hacia su pareja. Matar a sus dos hijas fue su cruel forma de venganza.