El gobierno de Andalucía sigue manteniendo sobre la mesa la posibilidad de confinar a toda la ciudad de Granada en sus casas debido al aumento progresivo de casos que la han convertido en la provincia con los peores datos de toda la región. Granada capital acumula ya una incidencia de 1.358,6 casos por cada 100.000 habitantes, una de las más altas de todo el país en las últimas dos semanas.
Hace ya varios días que la Junta ha pedido al Gobierno español que permita los confinamientos domiciliarios para frenar en seco la curva de contagios en las zonas donde la situación esté más descontrolada, pero desde el Ejecutivo central se insiste en esperar a que las medidas tomadas en los últimos días puedan hacer efecto y observar si son suficientes para darle la vuelta a la situación.
En Granada, concretamente, la situación es especialmente preocupante: según los datos de la Consejería de Sanidad de la Junta, en la provincia había ayer 879 personas hospitalizadas, 122 de ellas en la UCI, y los contagios diarios de momento no han dado ningún indicio de bajar.
Juan Marín, vicepresidente andaluz, explicó el martes que Andalucía había pedido ya el confinamiento domiciliario, pero sus declaraciones no fueron confirmadas por otras fuentes de la Consejería, que niegan que se haya solicitado formalmente esa medida. Marín defendió que sí, que se había pedido expresamente el confinamiento domiciliario de Granada, pero que Sanidad lo ha rechazado.
Aun así, el Gobierno ya avisó hace varios días que, aunque el estado de alarma no recoge la medida del confinamiento domiciliario, los gobiernos autonómicos pueden decretar la medida siempre que cuenten con el aval de su Tribunal Superior de Justicia, amparándose en la Ley de Salud Pública de 1986, la que se había utilizado hasta ahora para tomar el resto de restricciones durante todo el verano y hasta la declaración del nuevo estado de alarma.
El presidente andaluz defiende un confinamiento de toda Andalucía
El presidente de Andalucía, Juanma Moreno, por su parto, defiende también la idea de utilizar primero «todos los instrumentos» que la Ley y el estado de alarma proporcionan para luchar contra el Covid-19, antes de tomar una decisión tan drástica como el confinamiento domiciliario. Además, añade que, de tomarse esa decisión, debería aplicarse a toda la región y no solo a una área concreta. Rechaza así los confinamientos selectivos, ya que otras zonas de Andalucía también tienen incidencias muy elevadas, aunque no tanto como Granada.
El alcalde de la capital granadina, Luis Salvador, cree que la ciudad ya vive una especie de «confinamiento domiciliario en la práctica», ya que las últimas restricciones decretadas por la Junta prácticamente obligan a la gente a estar en casa quitándoles todo lo que puedan hacer en el exterior. Cabe recordar que en Granada se ha cerrado todas las actividades económicas «no esenciales» durante las próximas dos semanas, mientras que en el resto de Andalucía se siguen permitiendo hasta las 18.00 horas.
Salvador ha aclarado que «es el Gobierno quien tiene competencia, no la Junta ni los alcaldes. Nosotros no podemos pedir confinamientos: para eso hay órganos competentes. Lo que tengo que hacer es poder garantizar la aplicación de todas las normas».
Otras voces, como Joan Carles March, exdirector de la Escuela Andaluza de Salud Pública, opina que el confinamiento domiciliario de Granada debería haberse aplicado ya hace varias semanas, y que de esta manera la situación ya estaría superada. Tal como recoge 'El Confidencial', March cree que las medidas más duras deberían haberse tomado cuando la situación empezaba a preocupar, y no una vez está completamente descontrolada.
«Fue ridículo cerrar solo la universidad y el toque de queda en residencias y colegios mayores», añade March, que indica que «es partidario de medidas duras. Los confinamientos hay que hacerlos mejor cuanto antes, porque ayudan a disminuir los casos positivos y la mortalidad. Si no se pone bien la salud, la economía no remontará».