Varias comunidades autónomas parecen haber controlado la tercera ola de la pandemia, y aunque no descienda, por lo menos ha dejado de aumentar el nivel de los contagios y de hospitalizaciones. En algunas zonas ya se aprecia una línea claramente descendente en los gráficos de contagios y de incidencia acumulada, pero hay otras regiones donde está siendo mucho más difícil afianzar ese descenso.
Así está ocurriendo, por ejemplo, en Andalucía, tal como ha alertado su presidente, Juanma Moreno, que alertó ayer será necesaria «una caída sostenida» de los casos para poder confirmar que la región habrá pasado la tercera ola.
De momento, eso no se está produciendo, porque aunque Andalucía consiguió estabilizar la curva ascendente e incluso bajar ligeramente la incidencia entre el 24 y el 30 de enero, se ha producido un nuevo repunte alrededor del día 2 de febrero para volver a bajar después.
Este proceso de «dientes de sierra» ha puesto en alerta a las autoridades andaluzas, ya que no supone una bajada de casos constante, sino mantenerse en la parte alta de la curva, especialmente si se alarga en el tiempo, lo que acabaría suponiendo un fuerte estrés para el sistema sanitario andaluz, que ya sufre la mayor tensión desde la primera ola.
«Los expertos nos dicen que podemos entrar en una etapa de dientes de sierra en la que la incidencia baje y suba en los próximos días, y ya se aprecia en el gráfico. Mantengamos la guardia alta. Superaremos el pico de la tercera ola cuando caigan los contagios de manera sostenida», ha alertado Moreno en sus redes sociales, justificando así la necesidad de mantener las restricciones.
Cabe recordar que en Andalucía hay una serie de medidas que se aplican cuando las ciudades superan los 500 casos por cada 100.000 habitantes en dos semanas, y otras todavía más duras cuando se superan los 1.000 casos.
En el primer caso, los municipios quedan confinados de forma perimetral; mientras que en el segundo, además de ese cierre perimetral, se le suma también el cierre de toda la actividad no esencial. Solamente esta semana, del 1 de febrero del 2021, comenzó con más de 500 municipios con alguno de los dos niveles restricciones, pero todavía no se ha apreciado una bajada significativa de los casos.
Los comités provinciales son los encargados de analizar el impacto de la pandemia en los municipios de cada una de las provincias andaluzas, y determinar así los que entran en el grupo de las restricciones o los que salen de ellas.
Andalucía comienza a controlar la tercera ola
Lo cierto es que parece que Andalucía empieza a unirse al grupo de comunidades que han conseguido bajar las curvas de contagios. Algunas de ellas ya lo han hecho de forma clara: Baleares, Castilla-La Mancha, Cataluña, Extremadura y Murcia están ya lejos de los picos de incidencia alcanzados en la tercera ola, mientras otras como Andalucía, Aragón, Castilla y León, la Comunidad Valenciana y Madrid empiezan a observar tendencias descendentes.
Actualmente, la región andaluza cuenta con una incidencia de 900,41 casos por cada 100.000 habitantes en dos semanas, según los datos de Sanidad del 3 de febrero. La buena noticia es que la incidencia a siete días es de 364,43, mucho menos de los 450 que supondrían la mitad de la incidencia a dos semanas, por lo que todo apunta a que los datos seguirán bajando de forma clara en los próximos días.
Aun así, Andalucía está ahora en uno de los momentos más críticos de toda la pandemia en lo referente a los hospitales. Cuenta con 4.908 personas ingresadas, la tercera cifra más alta de España, lo que significa que el 27,21% de sus camas de hospital están ocupadas por pacientes con Covid-19. El porcentaje se aleja muchísimo del 14% que Sanidad considera como umbral para determinar que el sistema sanitario empieza a estar en tensión.
En el caso de las UCI, la situación es bastante peor, ya que el 37,15% de camas están ocupadas por pacientes con Covid-19, lo que se traduce en 710 personas ingresadas, la cuarta mayor cifra de España. En este caso, el umbral del 25% es el que debería preocupar. Además, Andalucía es la segunda comunidad con más personas fallecidas en los últimos siete días, con un total de 301, por detrás solamente de los 487 de la Comunidad Valenciana.