Anastasia Yalanskaya tenía claro que ella no se movería de Kiev. A medida que las tropas de Rusia se acercaban a la capital de Ucrania, sus amigos y familiares decidían huir. Pero ella insistía en que se quedaría en la ciudad.
La joven, de 30 años, perdió la vida de la manera más cruel. Ocurrió el pasado viernes cuando se desplazó a Bucha, a un refugio para perros, a unos 30 kilómetros de su casa. Fue tiroteada a corta distancia junto a otros dos hombres que ejercían labores de voluntarios.
Desde el entorno de Anastasia aseguran que su vehículo fue atacado de manera deliberada por el ejército de Putin. Desconocen los motivos por los que la dispararon, pero sospechan que se trata de una estrategia de Rusia. Cada vez atacan a más civiles con la intención de asustar a la población y buscar que se rindan.
El marido de la chica, Yevhen Yalanski, explica que cuando se marchó "le pedí que tuviera cuidado. Que hoy en día, un error cuesta muchísimo". Pero ella insistía en la necesidad de colaborar.
"Quería ayudar. Le pedí que pensara en la evacuación, pero no escuchó", relata todavía estremecido por lo ocurrido. El refugio al que acudió a entregar alimentos llevaba ya tres días sin comida para los perros.
Unas horas antes había compartido con sus seguidores en Instagram un storie, en donde aparecía en la parte trasera de un coche. Pese a la delicada situación de Ucrania, no dudaba en mostrar su mejor sonrisa y posar con las bolsas de comida para los animales.
El vehículo en el que viajaba apareció acribillado a balazos. Estaba muy cerca del domicilio de uno de los voluntarios que le acompañaba y que también acabó muerto en el ataque. Habían conseguido su objetivo de entregar los alimentos y de vuelta a casa, en el lugar menos pensado, fue cuando les asesinaron.
El cadáver de Anastasia reposa en una morgue en Bucha. La situación en la zona es tan delicada que nadie de su entorno pudo acercarse hasta allí. Así lo explicaba un amigo a Global News.
Su pareja quiso destacar de ella el buen corazón y sus ganas de ayudar siempre a los demás sin esperar nada a cambio. "Era uno de los mejores seres humanos que conocí. Ella se comprometió a ayudar, a ayudar a sus amigos y familiares y a quien lo necesitara", apunta.
La consideraba una gran amante de los animales. "Teníamos un perro y un gato", recuerda. A partir de ahora tendrá que continuar con su vida sin la que era "la mejor compañera", contaba.
Esta es una de las miles de historias que se están conociendo estos días en Ucrania. Un país arrasado por Rusia, en donde los ataques a la población civil son constantes.
Anastasia, una víctima más de los ataques a Ucrania
Anastasia perdió la vida cuando trataba de colaborar con los demás. Tuvo la oportunidad de marcharse como hicieron muchos de sus amigos, pero se resistía a abandonar su casa.
Hace unas horas el ejército ruso anunció para este lunes la apertura de varios corredores humanitarios y el cese de ataques en algunas ciudades. De esa manera pretenden facilitar la evacuación de la población en puntos como Kiev, Sumy, Járkov o Mariúpol. En ellas se estaban produciendo los combates más feroces.
El ministerio de Defensa ruso señaló que declaraba un "régimen de silencio a partir de las 10:00 con fines humanitarios". A ello se le unía la "apertura de corredores humanitarios".
En cualquier caso, la guerra parece no tener fin y en cualquier momento se puede recrudecer. La población civil ha tenido que huir, mientras que los que decidieron quedarse, como Anastasia, viven con el miedo en el cuerpo.