La historia de la periodista Anna Alós pone los pelos de punta. Alós vio muy de cerca la muerte, y fueron cuatro las veces que se vio entrando en una especie de túnel, bajo una luz blanca, según cuenta en su libro. Era una luz fuerte, pero "agradable y reconfortante", detalla.
Fue lo más duro de su pelea contra el covid, virus del que cayó contagiada en diciembre del 2020. Este la llevó a estar dos meses en la UCI. Estuvo en coma inducido y no podía hablar ni mover sus músculos.
Su experiencia la ha plasmado en Muerta un rato: Cuatro viajes entre la vida y la muerte. En dicho libro, la dureza por los síntomas y las secuelas del covid chocan con la experiencia que expone.
Anna Alós, con una extensa carrera periodística, explica que su caso no se puede explicar por los efectos de las medicinas. Y tampoco era demasiado claro para tratarse de un sueño.
"¿Hay un más allá?", se pregunta Anna Alós en su libro
La periodista se pregunta si realmente “hay un más allá. No sé si fueron los días en coma, no sé si fueron las drogas, si el subconsciente. Sé que fue real, sé que las imágenes de mis viajes a la luz, las siluetas y la paz coinciden con las de otros viajeros que han estado en esa otra dimensión que escapa a la mente humana”, confiesa Alós, declarada no creyente.
A su vez, Alós considera que, según su experiencia “la puerta existe y existe ese otro lado. Sé, además, que es puerta de viene y va. Lo ha sido para mí, que he muerto cuatro veces y otras tantas he vuelto a la vida".
"Una vez, la primera, sin quererlo más allá del subconsciente, y las tres siguientes trasladé mi alma al filo del tránsito sin lograr lo que deseaba: quedarme allá, al otro lado. Tal es el placer que produce estar en el reverso de la vida”, cuenta en la introducción de su libro.
En las tres primeras ocasiones pudo sentir a sus padres Elisa y Juan y a su abuela. “Todo lo que siento es placer, hay paz y serenidad, ausencia de todo, de sonidos, de dolor y, sobre todo, no hay miedo. Apenas percibo mi cuerpo, mi piel se me antoja transparente y estoy flotando, como ellos, en un espacio indefinido sin límites”, cuenta.
El caso es que ella explica que su madre se lo niega en un momento dado: “Todavía no, no es tu momento”, le asegura. Y así otras dos veces más, hasta que en la cuarta ocasión ya está sola. Y ahí es consciente de que va a luchar por su vida con todas sus fuerzas.
Por otro lado, Alós confiesa que algo que se lleva de este encuentro extracorporal es la ausencia de miedos. “Morir, cuando has visto de cara a muerte, no provoca ningún miedo”, expone.
Los meses más duros de Anna Alós en la UCI
La segunda parte de su libro trata de esos dos meses de ingreso en la UCI. Una época en la que no podía hacer ver su dolor, y confiesa la impotencia que sintió al no poder recibir visitas.
Fue consciente de que no podía hablar ni moverse; pero la fuerza de voluntad y la capacidad de superación, junto al personal médico del Clínic de Barcelona, hizo que saliese adelante. El apoyo de su familia también fue pieza clave para que finalmente pudiera regresar a su casa y continuar con su recuperación.
Sufrió secuelas, agotamiento al caminar o la pérdida parcial de visión en un ojo. En plena escritura del libro apuntaba que la recuperación total le va a llevar entre seis meses y un año. Anna es optimista y vital, aconsejando a todos que “rematemos nuestras historias inacabadas” y que “el amor no sabe de condiciones”, para sentenciar que “al llegar al final no estamos solos”.