Plano de las piernas de dos soldados con sus uniformes y botas reglamentarias

Un antiguo dirigente pone fecha a la Tercera Guerra Mundial

El enfrentamiento entre Estados Unidos y China desatará un conflicto global con ciberataques masivos y bombas nucleares

Un incidente aparentemente inocente en un lugar remoto del Mar del Sur en China será el detonante de la tercera guerra mundial. Y no queda mucho, porque según el autor de esta teoría, sucederá en 2034. El conflicto enfrentará a Estados Unidos y China, y acabará en un enfrentamiento global con ciberataques y bombas nucleares.

Jim Stavridis, autor de esta teoría, sabe bien de lo que habla. Como comandante supremo de la OTAN y con más de treinta años de experiencia en el ejército norteamericano, conoce de primera mano lo que se cuece en los gabinetes de crisis militar. 

Ahora ha decidido poner todo su conocimiento al servicio de la pluma de Elliott Ackerman, el escritor que ha convertido sus predicciones en la novela futurista «2034: Una novela sobre la próxima guerra mundial». Aunque con sus dosis de ficción, es un serio aviso de lo que puede suceder muy pronto en un mundo cada vez más conflictivo.

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La tercera guerra mundial empezará así. Un avión F-35 desaparece misteriosamente en el Estrecho de Ormuz, en el Golfo Pérsico. Al mismo tiempo, en el Mar del Sur de China, una flota estadounidense cae en una trampa de los chinos, que obligan a los americanos a irse de sus aguas si quieren recuperar al avión secuestrado con ayuda de los iraníes.

Estados Unidos cae en la trampa, y tras negarse a ceder al chantaje son rodeados por la armada asiática que deshabilita sus sistemas tecnológicos y hunde la flora sin piedad. Lo que empieza como un inocente choque por el control de las aguas chinas se desmadra, y en poco tiempo se ven inmersos Irán, India, Rusia y otras potencias mundiales. 

Durante sus años en el ejército, Stavridis comandó un destructor en el Mar del Sur de China. Esto ha servido de inspiración a Ackerman para crear el personaje de Sarah Hunt, comandante de la flora de destructores que en la novela entra en negociaciones con China tras encontrar un pesquero en llamas en medio del agua.

Objetivo, evitar el desastre

Más allá de la frontera entre ficción y realidad, Stavridis quería dar un toque de advertencia a los Estados Unidos. «Antes de escribir el libro, pensaba cómo podríamos evitar una guerra con china», explicó en una entrevista reciente, «y creo que si pudimos evitar la guerra con la Unión Soviética fue porque nos podíamos imaginar lo terrible que sería».

El militar rememora aquella fiebre novelística que surgió en plena Guerra Fría, y que mezclaba ciencia ficción e historia para imaginar un futuro escenario bélico. «Estados Unidos se ha quedado sin imaginación, y un país sin imaginación está abocado al desastre», lamenta. 

Ahora, a sus 66 años, el almirante quiere emular a aquellos escritores. Como Sir John Hackett, que en los años ochenta imaginó el conflicto entre Estados Unidos y la Unión Soviética en «La Tercera Guerra Mundial».  

¿Ficción o realidad?

Su rompecabezas tiene como base el enfrentamiento entre China y Estados Unidos, que se ha recrudecido en los últimos años. Por ahora, su rivalidad se limita al ámbito económico y comercial. Pero la escalada de tensión durante el mandato de Donald Trump y el liderazgo de Xi Jinping ha demostrado la fragilidad del sistema de seguridad internacional, y lo cerca que puede estar un conflicto armado de consecuencias imprevisibles.

Las relaciones entre Washington y Pekín no atravesaban una crisis de esta magnitud desde los años setenta, y la cosa parece que va a empeorar en el futuro. El principal punto de fricción es, precisamente, el Mar del Sur de China. Allí, los barcos estadounidenses patrullan para defender la libertad de navegación de sus aliados, mientras que Pekín aspira a conseguir la hegemonía sobre esa zona estratégica clave. 

Tras las amenazas lanzadas entre unos y otros durante la crisis del coronavirus, existe una militarización creciente de China en la zona. El origen podría ser, como en la novela, las islas Spratly, que los chinos se disputan con Taiwán y Malasia, aliados norteamericanos. «Los chinos han estado haciendo esto durante décadas, moviendo la valla un poco más, un poco más, un poco más, hasta que tienen todo el Pacifico Sur», explican los autores.

Un ciberataque masivo

El otro factor clave que explica cómo el mundo va de cabeza hacia la tercera guerra mundial es la tecnología. En la novela, China consigue hundir la flota norteamericana gracias a la desactivación de sus sistemas tecnológicos. Esto da pie a un error de cálculo que acaba resultando fatal: los chinos solo querían mandar un mensaje claro a Washington, pero provocan su reacción y el conflicto se va de las manos.

Tras sufrir la peor humillación militar de la historia, la presidenta de los Estados Unidos amenaza con bombas nucleares. Se inicia así una escalada sin fin en la que todo está fuera de control y que nadie puede parar. El libro acaba con una advertencia final: «En la guerra, lo importante no es si ganas o no, sino cómo ganas».