España en general y Madrid en particular —además de otros territorios como el origen de todo, la Región de Murcia, o en menor medida Castilla y León— viven desde hace una semana una tormenta política de primer orden. Todo arrancó con la doble moción de censura de C's y el PSOE en el gobierno regional murciano y el ayuntamiento de la capital, que debía desalojar del cargo al presidente autonómico y al alcalde de Murcia, ambos del PP.
La onda expansiva de la 'bomba' murciana fue aún más contundente: la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso, ante el temor de que se reprodujera la moción murciana en Madrid, convocó elecciones autonómicas para el próximo 4 de mayo y expulsó a C's de su Gobierno. Y por si fuera poco, este lunes, 15 de marzo, el hasta ahora líder de Unidas Podemos y vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, anunciaba por sorpresa que abandona el ejecutivo para ser el candidato de Unidas Podemos a la presidencia de la Comunidad de Madrid.
Una auténtica oleada sísmica en que la mayoría de formaciones políticas han jugado sus cartas: el PSOE, testando la alianza con C's para tratar de bandear al PP; C's, pactando con el PSOE para conseguir el revulsivo electoral que necesita la formación —aunque, ciertamente, les ha salido el tiro por la culata—; el PP, aprovechando la 'ruptura' con C's para desmarcarse de los naranjas y vapulearles con la convocatoria electoral en Madrid o el nombramiento como consejeros de sus diputados díscolos en Murcia para frustrar la doble moción de censura. A todos ellos se une Unidas Podemos, con Pablo Iglesias aprovechando las circunstancias para abandonar un Gobierno en el que se sentía incómodo y donde sufría desgaste para reconducir el futuro de su formación, que parecía destinado al fracaso electoral.
Vox guarda silencio y sale beneficiado del 'terremoto'
De entre las grandes formaciones estatales, una ha sabido hábilmente mantenerse en segundo plano durante estos días. Se trata de Vox, que más allá de las habituales declaraciones de sus líderes, como Santiago Abascal, Iván Espinosa de los Monteros o Rocío Monasterio, no ha hecho ningún movimiento ante los incesantes acontecimientos que han alterado, y de qué forma, el tablero político en nuestro país.
Un escrupuloso segundo plano que beneficia a Vox, apartándose de toda esta serie de movimientos estratégicos de los grandes partidos que han sido duramente criticados por múltiples voces: los movimientos tácticos no son del agrado de la ciudadanía, y menos en momentos como el actual, con la grave situación de pandemia como protagonista. Ante las decisiones de PSOE, PP, C's y Unidas Podemos en base a cálculos electorales, Vox ha sido capaz de mantenerse distante y no caer en movimientos partidistas, algo que sin duda puede atraerles votantes del ala derecha del espectro político español.
Y la primera muestra del buen momento para el partido presidido por Santiago Abascal es el Barómetro de Opinión del mes de marzo realizado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), que se ha hecho público este martes, 16 de marzo. El estudio sitúa a Vox en tercera plaza, con el 15% en estimación de voto. Los de Santiago Abascal son la fuerza política que registra un mayor aumento en la oleada anterior y el estudio refleja como Abascal ya pisa los talones a un PP en horas bajas. Pablo Casado obtiene el peor resultado de la legislatura y la estimación de voto de los populares es del 17,9%.
Las opciones de 'sorpasso' de Vox al PP aumentan cada vez más y no es descabellado que Santiago Abascal lidere el bloque de la derecha en próximos estudios demoscópicos a medio plazo si se mantienen las tendencias actuales. La traducción de todo ello a unas elecciones generales es clara: Abascal mantendría serias opciones de llegar a la Moncloa si superara al PP y fuera la fuerza más votada dentro del bloque de la derecha, y además este bloque sumara los 176 diputados necesarios para obtener la mayoría absoluta del Congreso.
Por ahora, estas condiciones no se cumplen, pero también es cierto que nunca han estado tan próximas a cumplirse y que la tendencia actual lleva a que se produzcan las circunstancias descritas. Vox vive su momento más dulce y su actitud en la última semana ante los movimientos tácticos del resto de grandes partidos estatales no ha hecho más que reforzar aún más su popularidad, algo que, sin duda, va a reflejarse en las próximas encuestas. El primer 'test' real va a ser, claro está, en las elecciones regionales en Madrid del próximo 4 de mayo. Vox protagonizará una subida fulgurante: las encuestas les dan, de media, muchos más escaños que los 12 que actualmente poseen. Madrid podría convertirse, pues, en el impulso definitivo a Abascal para adelantar al PP y acercarse aún mas a su objetivo de conquistar la Moncloa en las próximas elecciones generales.