La llegada del AVE hace treinta años supuso una revolución de las comunicaciones en España y la extensión de la línea de alta velocidad durante todo este tiempo llamaba al optimismo para convertir a nuestro país en un lugar puntero en este sector. El balance, sin embargo, no deja lugar a dudas: el negocio de la alta velocidad en España es una ruina.
En treinta años, España ha invertido casi 56.000 millones de euros para tener una de las redes de alta velocidad ferroviaria más grandes y modernas del mundo. Pero el balance arroja un saldo negativo de 10.000 millones de euros según la autoridad fiscal independiente.
La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) concluye que el AVE en España es una ruina y pide replantearse los 73.000 millones de euros que faltarían por invertir para construir los 5.654 kilómetros que restan para completar los 8.740 kilómetros previstos inicialmente para la red.
En su estudio, el organismo ha realizado una evaluación de los cuatro corredores de AVE mediante el análisis coste beneficio. Treinta años después de la primera línea entre Madrid y Sevilla, los resultados globales muestran rentabilidades socioeconómicas entre nulas y mínimas en todos los corredores.
Según el estudio, los beneficios sociales no compensan los costes fijos de la construcción y no ofrecen seguridad en escenarios sujetos a incertidumbre y en los que el coste de oportunidad de los fondos públicos es elevado.
El norte, el menos rentable
Así de contundente es la Airef, que concreta que el corredor norte, con unas pérdidas de 5.671 millones de euros, es el que peor parado saldría de esa ecuación coste-beneficio. Según la autoridad fiscal, el hecho de que su construcción esté siendo lenta y cara por la orografía por la que discurre penalizan su resultado.
En cuanto al corredor de Levante, con un saldo negativo de 3.633 millones, el problema que ve la Airef es que no hay demanda suficiente para compensar la cara inversión, algo que se agravó con la pasada crisis económica.
La red nordeste es la que tiene mayores beneficios potenciales, con un saldo negativo de 1.115 millones de euros, mientras que el sur, el único rentable de los cuatro corredores, con 270 millones de euros, debe su rentabilidad a sus bajos costes de construcción y la alta demanda.
A la vista de los pobres datos obtenidos por el servicio, la Airef propone evaluar las actuaciones pendientes en alta velocidad ferroviaria, teniendo presentes los costes ya incurridos y las expectativas de demanda partiendo de los datos reales de viajes en las líneas operativas y de alternativas de inversión para resolver los problemas de movilidad.