Vista trasera de los pasajeros sentados en sus asientos en el interior de un avión

Casi 60 personas acaban contagiadas al subirse en un avión

Este nuevo brote pone de manifiesto la transmisión aérea del Covid-19 en lugares cerrados

Vista trasera de los pasajeros sentados en sus asientos en el interior de un avión
Un vuelo comercial provoca un brote de coronavirus | Pixabay

La propagación del coronavirus en espacios cerrados parece ser uno de los caballos de batalla en la prevención de la propagación del Covid-19, pues se está comprobando pues es en espacios cerrados y con poca ventilación donde más contagios se producen. 

Este es el caso por ejemplo, de los viajes en avión. Un artículo publicado en la revista médica Eurosurveillance, ha evidenciado los riesgos de la propagación del virus en vuelos comerciales mostrando el caso que sucedió este verano con un vuelo comercial que aterrizó en Dublín, con solo 50 pasajeros (el 17 % de su capacidad) y que acabó con un brote de 59 personas en Irlanda provocado por las personas que se contagiaron en ese avión. 

Sus pasajeros provenían, tras haber hecho escala, de tres continentes distintos y tuvieron que cumplir con las restricciones propias de todos los vuelos en plena pandemia.

A los dos días, dos pasajeros manifestaron síntomas de Covid-19 y dieron positivo al siguiente. Comenzó entonces el rastreo de todos los pasajeros que acabó destapando 13 casos positivos dentro del avión y otros 46 contagios provocados por los pasajeros en los días posteriores.

Los vuelos comerciales, un factor de riesgo para la propagación del virus

Este artículo pone de manifiesto los riesgos de la propagación del coronavirus que conllevan los vuelos comerciales incluso cuando existe una baja ocupación y se cumplen las medidas de prevención, como debida distancia interpersonal entre pasajeros o el uso de mascarilla.

«Este brote demuestra el potencial de difusión del SARS-CoV-2 vinculado al tráfico aéreo», concluyen los investigadores liderados por la doctora Nicola Murphy. De los 13 pasajeros infectados dentro del vuelo, al menos 9 de ellos llevaban mascarilla. Uno de ellos, un niño, no la llevaba y se desconoce en los tres casos restantes; su edad estaba entre 1 y 65 años, con una media de 23 años.

Las hipótesis sobre cómo se extendió el contagio, a pesar de que los dos infectados más alejados estaban a 21 filas de distancia incluyen la posibilidad de que la transmisión se produjera antes del viaje, pero el artículo considera “verosímil” que ocurriera dentro del avión.

La transmisión aérea del SARS-CoV-2, por fin aceptada

Los científicos llevan meses clamando por que se acepte la vía de transmisión por aerosoles como una de las principales vías de contagio de esta pandemiaLa OMS, hasta ahora, seguía sin reconocer esta forma de transmisión al afirmar que no existía evidencia científica, aunque muchos científicos de Estados Unidos iban demostrando esta forma de transmisión en cada vez más estudios.

Pero uno de los principales organismos sanitarios mundiales, el Centro de Control y Prevención de las Enfermedades (CDC) de EE. UU., se rebeló contra la OMS y aceptó esa vía de transmisión, que tiene implicaciones muy directas en la prevención de la Covid-19

Finalmente, el pasado 20 de octubre, la OMS por fin asumía la evidencia científica y actualizaba su documento sobre la forma de transmisión del coronavirus. «La transmisión por aerosoles puede ocurrir en lugares específicos, particularmente sitios cerrados, con mucha gente y poco ventilados donde las personas infectadas pasen periodos largos de tiempo con otras», han manifestado, unas condiciones que concuerdan con las que se dieron en el citado brote que ocurrió en el vuelo.

Hasta ahora España no  había reconocido oficialmente esta vía de transmisión pero este jueves, se distribuyó un documento con nuevas recomendaciones para el manejo de la pandemia, en el cual se podía leer: «Los estudios epidemiológicos sobre el comportamiento de la enfermedad indican que la mayoría de las infecciones se producen principalmente por contacto cercano y exposiciones prolongadas a las gotas respiratorias que contienen el virus, así como por la inhalación de aerosoles con partículas virales en suspensión y el contacto directo o indirecto con secreciones respiratorias infectadas».