Chimoré, situado en la boliviana zona de Cochabamba, se encuentra absolutamente consternado por el calvario de una niña de 12 años. Esta ha sido violada de forma reiterada por su abuelo, lo que ha hecho que acabara quedando embarazada. Ella ha solicitado que le fuera realizado un aborto, pero se le ha negado y ahora ha tenido que afrontar que su bebé haya muerto.
El recién nacido vino al mundo por cesárea en la semana 29 de gestación y ha acabado falleciendo. Sus problemas de salud no le han permitido seguir adelante ni siquiera tras haber permanecido en la pertinente incubadora.
El calvario de la niña
Hace relativamente poco tiempo salió a la luz el caso de la menor boliviana que durante mucho tiempo había vivido una verdadera pesadilla. Y es que se descubrió que había estado siendo violada por su abuelo. Fruto de estos abusos había quedado embarazada.
Ella dejó de manifiesto, como recogen distintos medios de comunicación, que quería interrumpir la gestación. Afirmó entre lágrimas: “No puedo más, quiero que lo saquen. Ya no tengo fuerzas”.
Esta petición hizo que desde la Defensoría de la Niñez se respaldara a la gestante. En concreto, la representante de este organismo, Cinthia Prado, no dudó públicamente en solicitar que se tenía que hacer caso a aquella. Lo hizo diciendo: “No está capacitada biológica, afectiva ni psicológicamente para asumir esta gran responsabilidad”.
“La afectación es bastante grande. Ella está en una edad de desarrollo, por tanto, es una situación muy difícil de sobrellevar”.
Sin embargo, en el Hospital Materno Infantil Germán Urquidi se indicó que no era posible interrumpir dicho embarazo. Primero, porque la chica estaba ya en el sexto mes de gestación y la ley solo permite realizar dicha interrupción hasta la semana 22. Segundo, por una cuestión médica.
Así, los doctores del citado centro sanitario expusieron: “Se puede hacer cesárea, pero ya tiene condiciones de sobrevida ese bebé. Además, como no es habitual, es una histerectomía, la hemorragia es mayor, el grado de infecciones es mayor que si el embarazo tuviera ocho o nueve meses. Entonces, hacer una cesárea a un útero de una niña es prácticamente partirlo en dos para que salga el bebé”.
Incluso, como recoge el medio Debate, aquellos indicaron que si se sacaba al pequeño en ese momento se corría el riesgo de que sufriera graves problemas de salud. Nos estamos refiriendo a ceguera, parálisis cerebral o serios daños en órganos como en el corazón, en los riñones e incluso en el sistema respiratorio.
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El bebé acaba muriendo
La chica recibió con un inmenso dolor la decisión del citado hospital, pero la vida ha sido la que ha tenido la última palabra. Se ha sabido que, por distintas circunstancias, ella ha tenido que verse sometida a una cesárea en la semana 29 de embarazo. Cesárea que ha permitido el nacimiento de su hijo, que rápidamente ha tenido que ser tratado en la incubadora.
El recién nacido ha estado recibiendo asistencia médica y los cuidados pertinentes en todo momento. Sin embargo, al final no se ha podido hacer nada más por salvarle la vida y ha acabado falleciendo. Su estado de salud era realmente complicado y hacía muy difícil que pudiera sobrevivir.
De esta manera, se ha puesto fin a un caso estremecedor que tiene conmocionada a toda Bolivia. Eso sí, no ha trascendido por el momento cómo se encuentra la menor.