Foto de la estudiante

María, la estudiante de 21 años asesinada en la residencia: 'un amor no correspondido'

Su amigo del alma ha confesado haberla matado porque rechazó tener algo más con él

Volodymyr, un estudiante ucraniano de 21 años, ha confesado ser el autor material de la muerte de su compatriota María. La estudiante ucraniana, de la misma edad, apareció muerta en la residencia de un colegio en Bratislava (Eslovaquia). Fue el propio asesino quien dio la voz de alarma.

Tras haber matado a su compañera, Volodymyr se inventó una coartada tratando de ocultar el crimen. Inicialmente creyeron que la estudiante había muerto por causas naturales. Pero el joven finalmente se derrumbó y confesó haber estrangulado a la estudiante hasta la muerte. 

La autopsia reveló efectivamente que María había fallecido de manera violenta, estrangulada. Según fuentes de la investigación, detrás de la acción homicida podría esconderse la frustración de un amor no correspondido. Los allegados de víctima y verdugo están en shock, tratando de asimilar lo ocurrido.

Eran íntimos amigos

Volodymyr era compañero de clase de María, una bella estudiante ucraniana, en el colegio Mlada Garda de Bratislava. El 3 de junio estranguló hasta la muerte a la joven y llamó a la policía alertando de que había encontrado a la chica muerta. No había signos de violencia, y creyeron que había sido una muerte natural.

Días después el propio joven se presentó en la comisaría asegurando ser el autor material de la muerte de María. Él mismo reconoció haberla matado porque estaba enamorado de ella pero la chica lo rechazó. Las personas de su entorno están en shock, ya que ambos eran muy cercanos.

Montaje con foto de la víctima
María murió en la residencia de este colegio eslovaco | La Noticia Digital

Los dos provenían de un país en guerra y habían encontrado en Eslovaquia una segunda oportunidad para salir adelante. Se habían convertido en grandes amigos y confidentes, hasta el punto de que muchos creían que estaban juntos. Volodymyr confundió las cosas, y todo se torció. 

“Siempre estaban juntos y se apoyaban en todo, aunque no formaban una pareja”, explicó un amigo cercano. El joven asegura estar en shock porque “Volodymyr era una persona muy buena, y no le veo capaz de hacer algo así”. Nadie entiende lo que pasó por su cabeza para perpetrar el crimen.

El asesino lo confesó todo

La policía condujo a Volodymyr esposado al lugar del crimen, y el joven reconstruyó los hechos cabizbajo y sin mucho que decir. Según relató, cogió a la víctima por el cuello con las dos manos y empezó a estrangularla. La autopsia confirmó la presencia de lesiones que causaron la muerte de manera rápida. 

Tras el crimen, el asesino llamó varias veces a amigas de la víctima y compañeros de clase preguntando por ella. No era más que un burdo intento de fabricar una coartada. Días después, consumido por el peso de la culpa y acorralado por la policía, decidió entregarse y confesarlo todo.

Fuentes policiales aseguran que el muchacho se entregó voluntariamente y que se le veía emocionalmente afectado. El Departamento de Investigación Criminal se hizo cargo de las diligencias, aunque el caso parece bastante claro. Volodymyr se enfrenta a una pena de entre 15 y 20 años de cárcel.

Volodymyr, el estudiante modélico

Volodymyr era un estudiante modélico que mostraba una gran pasión por los coches y que tenía una vida social activa. El mismo día del asesinato había cambiado su estado del Facebook anunciando que tenía pareja. Lo cual indica que probablemente esperaba más de su encuentro con María.

Foto del asesino confeso
Volodymyr, el asesino confeso de María | Novy Cas

Los expertos creen que se citó con María con la intención de formalizar su relación, pero que esta le rechazó. La sensación de rechazo y desprecio, incluso de engaño y abandono, llevaron al joven a un estado de enajenación. Sacó toda la ira necesaria para cometer un crimen tan brutal.

Sin embargo era consciente de lo que hacía, como lo demuestra el hecho de que inventó una coartada. Solo el paso de los días y el peso de la consciencia le hicieron entender lo que había hecho, y apareció el arrepentimiento. El hecho de la confesión puede ser un atenuante para su condena.