Collage de Eugenio y Manuela Chavero

Al lado de casa: El lugar en el que podría haber estado Manuela Chavero estos 4 años

La autopsia determinará si los huesos son de Manuela y, en caso afirmativo, rebelarán también la causa de la muerte

Collage de Eugenio y Manuela Chavero
Eugenio, autor confeso de la muerte de Manuela Chavero hace 4 años | España Diario.net

Hace aproximadamente un mes se empezaba a clarificar el caso de la desaparición de Manuela Chavero en verano de 2016. Fue el hecho de haber recibido un anónimo en casa de los padres de Manuela el punto de inflexión para dar con el responsable de la desaparición de la mujer de 42 años en 2016 en Monasterio (Badajoz). Así, tras las pesquisas policiales pertinentes, todos los focos apuntaban a Eugenio Delgado, joven de 28 años (24 cuando desapareció Manuela) y vecino de la mujer que vivía tan solo a 25 metros de ella.

La presión policial surtió efecto y tras detener a Eugenio, este acababa confesando el lugar en el que habría enterrado a Manuela tras haber perdido la vida. Cabe destacar que los investigadores han encontrado huesos humanos en la localización que aportó Delgado sobre el posible paradero de Manuela.

Tres amigos de Eugenio han manifestado al medio ‘El Español’ que durante los cuatros años que ha durado el caso de Manuela ninguno notó absolutamente nada sobre su posible autoría en los hechos.

«Nunca le vimos mostrar la más mínima señal de ser él quien la mató. Jamás», manifestaba uno de los tres amigos de Eugenio. Otro, decía que: «Me provoca frío pensar que ha estado a mi lado sabiendo que había enterrado a una mujer que buscaba todo el mundo». Y el tercer amigo comentaba al citado medio que: «Hace tiempo, una persona me contó un detalle que ahora me lleva a pensar que quería deshacerse del cuerpo. Le preguntó —Eugenio— que cómo podía crear un horno para deshacerse de animales muertos».

Los indicios que apuntaron a alguien cercano

Uno de los principales procesos en la reconstrucción certera de un crimen o desaparición es conocer a la víctima, y su entorno. Teniendo en cuenta que los últimos mensajes de Manuela, poco antes de desaparecer, habían sido intercambiados con un joven de 21 años, las investigaciones se centraron sobre el joven. Pero también lo hicieron sobre Eugenio, vecino de la víctima.

Esto lo dedujeron al conocer la conversación de Manuela con su pareja sentimental del momento, el joven de 21 años. Los mensajes no indicaban que la mujer estuviese nerviosa, por lo que los agentes e investigadores determinaron que el responsable debía ser alguien de su entorno, que no le había hecho levantar sospechas de que nada malo pudiera pasarle a Manuela.

Además, los agentes encontraron la televisión encendida durante el primer registro en la vivienda de Manuela —a muy pocos metros de la de Eugenio— y también el teléfono de la víctima.

En la primera declaración que se le tomó a Eugenio, este confesó que la tarde del crimen la había pasado en la playa con unos amigos, pero los agentes descubrieron más adelante que estaba mintiendo, por lo que las sospechas sobre él crecían.

También se fijaron los agentes en las heridas que presentaba en un brazo Delgado. Según el sospechoso, se las hizo a causa de los animales. Además, poco después un vecino advertía que Eugenio se había cambiado la tapicería del coche, pero todo quedó ahí en ese momento.

El móvil en la casa y el televisor encendido

Según los datos, el pasado 27 de agosto fue el último día en el que efectivos de la Guardia Civil realizaron un registro en casa de Manuela Chavero. Poco antes, tan solo una semana, una carta anónima había llegado a casa de los padres de la mujer. Dicha carta señalaba directamente a Eugenio como responsable de la desaparición de la mujer de 42 años en Monasterio.

Fue este pasado jueves cuando se detuvo a Eugenio, mientras se encontraba con unos conocidos en la Peña Ecuestre El Estribo. Fue un testigo el que manifestó a ‘El Español’ que: «Ni siquiera se mostró nervioso. Nos dimos cuenta de que algo raro estaba pasando cuando al cabo de un rato se presentaron varios coches de la Guardia Civil y una grúa para llevarse su todoterreno, un vehículo que él usaba para el campo».

«En ese momento empezamos a sospechar de que el caso de Manuela Chavero se le venía encima. Jamás nos dijo nada, pero en ese momento lo entendimos», reseñaba.

Finalmente, y tras la presión de los investigadores, Eugenio acabó confesando: «La enterré allí», manifestó. Según Delgado, Manuela se habría dado un golpe en la cabeza «por accidente». 

Ahora, se espera que los resultados de la autopsia sobre los huesos hallados en la localización que indicó Eugenio aseguren que pertenecen a Manuela, de quien su familia no ha vuelto a saber nada desde hace 4 largos años.

Según las investigaciones, el autor confeso tenía alquilada a un ganadero una finca en la que fueron hallados restos óseos. Es una parcela con un cortijo que se encuentra a unos tres kilómetros de distancia de Monasterio, al noroeste.