Carla y Griselda Carac-Tambriz son las primeras víctimas identificadas en la tragedia del camión de San Antonio (Texas). Se trata de dos hermanas menores de edad de origen guatemalteco. Trataban de cruzar la frontera con Estados Unidos y murieron junto a otras 49 personas.
Las autoridades elevan a 51 los migrantes fallecidos mientras trataban de cruzar la frontera escondidos en el remolque de un camión. Murieron en una larga agonía, encerrados en plena ola de calor sin agua y sin aire acondicionado. La policía ha detenido a tres personas implicadas.
Entre la multitud de cadáveres hallaron a 16 supervivientes, que se recuperan en el hospital fuera de peligro. El suceso ha puesto en el punto de mira la política migratoria del gobierno de Joe Biden en Estados Unidos. Griselda y Carla, y el resto de las víctimas, murieron en la llamada ruta de la muerte.
Murieron en una larga agonía
El pasado mes de mayo cruzaron la frontera entre México y Estados Unidos casi 300.000 migrantes. Es una cifra récord que pone de manifiesto la crisis migratoria en la que se halla el país norteamericano. La mayoría entran en el país a través de la peligrosa ruta que une México con Texas.
Los que realizan este viaje empujados por el sueño americano tienen que cruzar kilómetros de desierto bajo un calor extremo. Esta es la ruta que trazó el camión en cuyo remolque iban escondidos decenas de personas. El habitáculo se convirtió en una trampa mortal por las altas temperaturas.
Muchas localidades de Texas han llegado este fin de semana a los 46 grados. Muchos de los migrantes murieron tras largas horas hacinados sin agua ni aire acondicionado. Una persona dio la voz de alarma al encontrar un cadáver junto al vehículo, lo cual llevó a la policía al macabro hallazgo.
Identifican a las primeras víctimas
Dos hermanas menores de edad de Guatemala son las primeras víctimas identificadas en este suceso vinculado con el tráfico de personas. Carla y Griselda Carac-Tambriz provenían de Colcajá, en el distrito guatemalteco de Sololá. Entre los muertos hay 27 mexicanos, siete guatemaltecos y dos hondureños.
En total han muerto 39 hombres y 21 mujeres, y la identidad del resto de víctimas aún no ha sido revelada. “Actuaremos conjuntamente en apoyo a las víctimas de esta tragedia y sus familias”, ha afirmado el ministro mexicano de Asuntos Exteriores. Ha calificado el suceso como “obra de unos monstruos”.
Por su parte, Washington ha asegurado que es la peor tragedia migratoria en décadas en Estados Unidos. “El padre de dos indígenas de Guatemala ha confirmado su muerte en este tráiler”, anunciaba la periodista Aura Bogado. “Estos son los rostros de la política migratoria estadounidense”, añadía.
Faltan muchas víctimas por identificar
La prioridad de las autoridades ahora es identificar al resto de las víctimas para acabar con el sufrimiento de sus familias. Muchas personas en México y Guatemala viven con el temor de que sus familiares estén entre los fallecidos. Es el caso de Rony Cardona, tío de una joven de 20 años llamada Yenifer.
Yenifer salió de Guatemala rumbo a Estados Unidos a finales de mayo “en busca de nuevas oportunidades”. Ahora su tío Rony teme que se encuentre entre los fallecidos dentro de un camión en San Antonio. La joven había llegado hasta San Antonio a bordo de un camión, según apunta su tío.
La última vez que dio señales de vida fue a las diez de la mañana, y desde entonces su teléfono no está disponible. Su meta era llegar hasta Houston (Texas). La angustia de la familia de Yenifer es la de muchas otras cuyos familiares partieron hacia Estados Unidos y no dan señales de vida.
El drama de la migración
El lunes, un empleado de un negocio escuchó un grito de ayuda que procedía de un tráiler. Junto a las puertas del remolque encontró el cuerpo sin vida de una persona, y dio la voz de alarma a las autoridades. Al abrir las puertas, los agentes encontraron una montaña de cuerpos humanos.
El vehículo estaba abandonado junto a las vías del tren, en una zona conocida por ser un lugar de entrega de los migrantes ilegales. San Antonio es un punto principal de tránsito de los migrantes que realizan su camino hasta Estados Unidos. Los traficantes los suelen llevar escondidos en vehículos.
La conflictividad de las bandas y el cambio climático están empujando a muchas personas a abandonar sus países en Centroamérica. Las mafias se aprovechan de la situación, cobrando una gran cantidad de dinero para llevar a los migrantes. Así empiezan estos viajes de la muerte, de final incierto.