Todos los ojos siguen puestos en Rocío Carrasco, y más ahora cuando todos estamos expectantes ante su reaparación televisiva en un plató de televisión el próximo miércoles.
Un día, en el que la hija de 'la más grande' compartirá espacio con otros colaboradores y pretende comentar con ellos y dar respuesta a muchas dudas que han surgido tras su documental.
Y, una de esas preguntas que todo el mundo se hace ahora es: ¿por qué no le coge el teléfono a su hija? Y más ahora cuando Rocío Flores ha hecho un llamamiento público a su madre, y ha reconocido que ha intentado contactar con ella, pero sin éxito.
La joven sotiene que nadie le ha quitado los hijos a Carrasco, que ella tiene su propia opinión, y que su padre, Antonio David, jamás la ha manipulado. Algo, que muchos ponen en duda, aunque eso no explica el motivo de esa brecha entre ambas que parece insalvable.
Así, muchos medios se esfuerzan por encontrarle una explicación a ese comportamiento por parte de Carrasco, cuando se desgarraba en su docuserie a la hora de afirmar que quiere a su hijos y que le gustaría tenerlos de vuelta. Aunque, también es cierto que ella misma admitía que ya los daba por perdidos.
En concreto, María Patiño ha asegurado en su programa, 'Socialité', que había hablado con un educador social que le ha explicado detalladamente los posibles motivos de esa reacción por parte de una madre hacia su hija.
Todo vendría a raíz del año 2012, cuando Rocío Flores fue condenada por maltrato habitual a su madre, después de la paliza que la propinó, y tras la cual se iba a vivir con su padre. Por lo visto, en ese momento la joven se negó a cumplir con ciertos protocolos necesarios para volver a acercarse a su madre.
Según ha contado Patiño, «Rocío Flores se negó a realizar un proceso de mediación que sirve para asumir los hechos probados, lo que significa que no hay perdón. Y si no hay perdón, es que no es consciente del daño que le ha hecho a su madre», comenzaba explicando.
«Y, me reitera este educador social, que está convencido de que el terapeuta que asiste actualmente a Rocío Carrasco, por el bien de su hija, y por su propio bien, que hasta que no exista ese reconocimiento de daño para comenzar una nueva vida, Rocío Carrasco no debe de hablar con su hija», ha concretado la presentadora.
Así, todo podría deberse a una forma de garantizar el bienestar psicológico de ambas partes, para mantener de cara a un futuro una relación sana y no manchada por los problemas o asuntos sin resolver del pasado, ya que el principal terror de Rociíto residiría en que la historia pudiera repetirse una vez más.
Además, hay que tener en cuenta que Rocío Flores sigue apoyando a su padre, Antonio David, y a la mujer de este, Olga Moreno, por lo que eso también podría echar para atrás a su madre, temiendo que el acercamiento sea una nueva estrategia de manipulación proveniente de su ex para destruirla.
Cabe recordar que Rocío Carrasco sigue siendo una mujer en tratamiento psicológico y herida, tal y como aseguraba la propia Ana María Aldón.
«Me ha parecido bien que Rocío la haya llamado, pero yo entiendo también que su madre esté paralizada por el miedo», aseguraba la mujer de Ortega Cano. Un hecho que habría provocado que Rocío Flores se refugie más que nunca en su tía Gloria Camila, a la que considera casi como una hermana.
«Ella está en tratamiento y está mal, y si no se siente capacitada en ese momento de coger el telefóno, y no sabe responder o como actuar... Pero, de todas formas, que la hija haga ese llamamiento es un gran paso hacia adelante, ese golpe en la mesa de 'vamos a hablar, ya está bien'». Ahora, queda esperar a que Rociíto cuente su versión el miércoles.