Diego, el joven colombiano de 25 años asesinado el sábado por la noche en Usera, Madrid, tuvo tiempo de despedirse de su padre. Lo hizo mediante una llamada telefónica después de que miembros de una banda rival lo hubieran cosido a puñaladas. Su muerte se suma a la tragedia de las bandas juveniles en Madrid.
Poco antes del suceso, otro joven de solo 15 años moría de un machetazo en pleno centro de la capital, en Atocha. Apenas una hora después tenía lugar el encontronazo entre una facción de los Dominican Don’t Play (DDP) y Diego. La primera hipótesis es que el joven asesinado en Usera también pertenecía a una banda.
La Policía ha detenido como presunto autor de la muerte de Diego a Sandy Antonio, un dominicano de 21 años conocido como ‘Chuky’. Este sujeto ya fue detenido por un trama de prostitución de menores hace dos meses. Sin embargo salió en libertad, y el pasado fin de semana participó en la reyerta mortal.
Cómo murió Diego Fernández
Diego Fernández López fue agredido a machetazos la noche del sábado en el barrio de San Fermín en Usera, Madrid. El suceso se produjo en la calle San Mario, a las 23:00 horas, a escasos metros del domicilio de la víctima. Un grupo de 15 jóvenes atacaron a Diego, que estaba en un parque con amigos.
La víctima recibió dos machetazos, uno de 30 centímetros en la espalda y otro en el costado derecho y el pecho. Los cortes eran tan profundos que el hígado se le salió fuera. Aun así pudo echar a correr hasta que se desplomó en el suelo, quedando tendido junto al teléfono móvil mientras agonizaba.
En el último instante pudo llamar a su padre para despedirse, y ahora han trascendido sus últimas palabras. “Papá, me han matado”, dijo el joven de 25 años a su padre en el último aliento de vida. Luego llegaron las asistencias médicas, que no pudieron hacer nada por él, y la policía, que abrió una investigación.
Enfrentamiento entre pandillas
Las pesquisas de la Policía Nacional han desvelado que Diego pertenecía a una banda latina. Además, tenía antecedentes por amenazas, robo, riña tumultuaria y tenencia ilícita de armas. La policía también logró dar con uno de los asesinos, que llevaba una navaja de mariposa y presentaba varios cortes.
Se trata de Sandy Antonio Campusano, un viejo conocido de la policía al que un testigo ubicó en el lugar del crimen. El joven ya había sido detenido en el marco de la operación contra la trata de menores en centros de Madrid y Guadalajara. El fin de semana pasado tomó parte en el ajuste de cuentas en Usera.
Él y otros miembros de la pandilla acudieron al parque armados con cuchillos y machetes sobre las once de la noche. Los atacantes tendieron una emboscada al grupo rival en el que se encontraba la víctima mortal. Tras apuñalar a varios de ellos huyeron, pero los agentes consiguieron detener a dos de ellos.
Pánico en Madrid
Los agentes cerraron los accesos al metro para evitar que los responsables huyeran, y poco después encontraron a Sandy junto al polideportivo. El segundo detenido fue Jonathan Daniel Toasa, un ecuatoriano de 27 años. Los dos, con antecedentes por violencia de género, están en prisión provisional en Soto del Real.
Los Dominican Don’t Play sembraron el terror el sábado pasado en Madrid, con cuatro reyertas, dos muertos y cinco heridos. La muerte de Diego causó una gran consternación en su entorno y hubo incluso ofrendas en su barrio. A su padre no se le quitan de la cabeza sus últimas palabras: “Papá, me han matado”.
La misma sensación que embarga hoy a la familia de Jaime Guerrero Messousi, el chico de 15 años asesinado en Atocha. También murió a machetazos en un encontronazo entre bandas latinas rivales. Estas dos muertes vuelven a encender las alarmas sobre la inseguridad en Madrid.