Paloma Cuevas y Enrique Ponce por fin han vuelto a verse las caras tras más de un año de especulaciones.
Desde que anunciaran su divorcio y el torero siguiese su camino al lado de una joven veinte años menor que él, Ana Soria, los medios ansiaban este reencuentro.
"Ha sido una decisión muy meditada, tomada de mutuo acuerdo, y desde el profundo cariño y respeto mutuo que nos tenemos y hemos demostrado durante todo nuestro matrimonio", anunciaban en 2020. Una noticia completamente inesperada que rápidamente empezó a ocupar titulares.
El triángulo amoroso se convertía en la comidilla de la prensa del corazón, sobre todo por lo rápido que parecían estar yendo las cosas entre Enrique y Ana. El diestro había perdido el miedo al que dirán, y pasaba a ser uno más en el grupo de amigos de su novia.
Las imágenes derrochando amor y las declaraciones románticas inundaban sus respectivas redes sociales, e incluso se iban a vivir juntos. Todo esto en cuestión de meses.
Mientras tanto, Paloma comenzaba a rehacer su vida junto a sus hijas y enfocada en el trabajo, aunque también se la ha relacionado con varios hombres.
A pesar de que quedaba muy claro que su relación estaba completamente rota, todavía quedaba en el aire el tema del divorcio. Y es que algo parecía atrasar los planes de la expareja.
Por su parte, Ana debía conformarse con el papel de ser 'la otra' en la vida de su novio. Además, y según los rumores, tampoco habría conseguido encajar muy bien con sus hijas.
Paloma y Bianca no le perdonarían a la guapa almeriense que se haya entrometido en la felicidad familiar.
Era el pasado 16 de julio el día en el que por fin Cuevas y Ponce hacían oficial su separación firmando los ansiados papeles del divorcio. Tras una larga espera, los dos podían respirar tranquilos sabiendo que lo único que les une a partir de ahora es la crianza de sus hijas.
"El único sentimiento que tendrá cabida en nuestras vidas será siempre el amor familiar", destacaba Paloma poco después en la revista ¡Hola!, su primera y única entrevista oficial al respecto.
La empresaria se ha caracterizado por un gran hermetismo en torno a todo lo que tenga que ver con Enrique y su relación con Ana, centrada en proteger a sus pequeñas.
"Mi energía y mi atención están focalizadas en mis sueños", reflexionaba. "Cada acontecimiento de nuestra vida tiene un fin que contribuye a nuestra evolución personal".
Así, dejaba muy claro que todo el proceso por el que ha pasado este último año le había servido para evolucionar y aprender.
Paloma Cuevas y Enrique Ponce, unidos por su hija
Ahora, y tras haber formalizado su separación, ambos siguen sus respectivos caminos sabiendo que siempre les unirán sus hijas. Ellas son el único motivo por el que tendrán que verse las caras a menudo, y más en fechas tan especiales como la Primera Comunión de su hija Bianca.
Un evento en el que la expareja se ha reencontrado tras meses sin verse. La última vez que se les vio juntos en público fue en Navidades, con motivo de una función escolar en el colegio de las niñas.
Según informan varios medios, Paloma y Enrique se han reunido en la finca de La Cetrina, propiedad del torero, para celebrar este día tan señalado.
Eso sí, Ana Soria no le acompañará, ya que tenía vetada la asistencia. Cabe destacar que la guapa estudiante todavía no conoce a las niñas, quizás porque ellas se niegan a darle una oportunidad. Y por ese mismo motivo han preferido evitar dar lugar a ciertos encontronazos o momentos incómodos.
La expareja ha intentado por todos los medios que los detalles de este acontecimiento tan especial se filtrasen a la prensa. De hecho, su intención era difundir una imagen una vez terminada la ceremonia.
Sin embargo, no han podido evitar que se convierta en un auténtico cebo para los paparazzis, que ansían verlos juntos.