Tamara Falcó lo sabía pero nunca quiso decir nada. Tampoco lo habían hecho ninguno de sus hermanos. Era uno de los secretos mejor guardados dentro de la familia de Julio Iglesias.
Ahora un polémico libro recién editado lo saca todo a la luz.
Julio Iglesias no conoció hasta hace unos pocos meses a sus nietos y a su nuera Anna Kournikova.
El distanciamiento entre Enrique Iglesias y su padre fue mucho más largo y severo de lo que todos habíamos imaginado.
Una rivalidad padre-hijo muy mal entendida
No era un misterio para nadie que Julio Iglesias mantenía una relación difícil con su hijo Enrique desde que este decidió dedicarse también a la canción.
La razones últimas no están del todo claras. Puede que fuese porque las comparaciones a veces pueden resultar odiosas. O porque a nadie le gusta verse eclipsado y Julio temiese verse sustituido por una versión más joven de sí mismo. .
Lo que si sabemos es que el legendario intérprete se negó a apoyar la carrera de su hijo en sus inicios.
Ahora se publican unas nuevas memorias del productor Ramón Arcusa. El antiguo componente del Dúo Dinámico es colaborador habitual y amigo íntimo de Julio.
El libro se llama "Soy un truhan, soy un señor (o casi)". En sus páginas se desvela ahora hasta qué punto llegaron a chocar los dos artistas.
El enfado entre los dos duró mucho más de lo que llegó a trascender al público.
Estuvieron años sin verse
La verdad es que transcurrieron años antes de que ambos se reencontraran en una cena de Año Nuevo en casa de Julio,
A esa celebración también acudió su otro hijo Julio José, Se produjo la esperada reunión padre-hijo pero fue fría aunque educada.
Según Arcusa Julio solo habría conocido en persona a su nuera Anna Kournikova cuando visitó recientemente el hogar de la pareja para conocer también a sus nietos. Enrique y Anna tuvieron a sus mellizos Nicholas y Lucy en 2017. La pequeña Mary nació a principios de este 2020.
La versión de Enrique es que había recuperado el contacto con su padre en el año 2019. En una entrevista contó que sintió el impulso repentino de llamarle una noche mientras se tomaba una copa de vodka viendo la tele.
«Enseguida cogió el teléfono. Tuvimos una conversación muy bonita. Estaba bien de ánimo. Fue una conversación de esas en las que eres consciente de que es especial. Me reconfortó mucho» declaró Enrique.