El testimonio de Rocío Carrasco tras años de silencio ha revolucionado a toda España. La avalancha de reacciones y las acusaciones cruzadas han dividido la sociedad entre los partidarios del «yo te creo» y los del «no te creo», en un debate que ha llegado a todos los ámbitos, desde el político al mediático.
En el documental «Rocío: Contar la verdad para seguir viva», la hija de Rocío Jurado ha hablado de los supuestos malos tratos a los que le sometió su ex marido, Antonio David Flores, y cómo este manipuló a sus hijos para ponerlos en contra suya.
En el trasfondo están las sentencias judiciales. En concreto dos. La del juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Alcobendas (Madrid), que el 11 de marzo de 2020 rechazó la reapertura de las diligencias contra Antonio David por lesiones psicológicas contra Rocío. Y la de la Audiencia Provincial de Madrid, que ratificó la decisión el 30 de septiembre.
Mientras España debate sobre el caso, los juzgados siguen guardando el archivo completo con material audiovisual, informes periciales y forenses, valoraciones de los profesionales psicosociales, interrogatorios y declaraciones de las dos partes. El diario El Mundo ha revelado el contenido de miles de páginas que sostienen la sentencia final sobre un caso sometido ahora al debate social.
Tras el estreno del documental hubo una oleada de solidaridad con Rocío, empezando por la ministra de Igualdad, Irene Montero, y continuando por una gran mayoría de los colaboradores de Telecinco y Mediaset. La «verdad» judicial quedó sustituida así por la justicia de la televisión y el fenómeno social que se extendió por las redes sociales.
Durante horas y horas de televisión se ha reproducido una batalla judicial que enfrenta a dos personas, con dos hijos de por medio. Y si bien se han mostrado los informes médicos que avalan el diagnóstico de «síndrome ansioso depresivo» que llevó a Rocío a un intento de suicio en 2019, en cambio no se han incluido las valoraciones de los jueces y la Fiscalía.
La denuncia de 2016 y la de 2019
La verdad judicial del caso Rocío Carrasco incluye las dos sentencias mencionadas, pero también una denuncia archivada por sustracción de menores, una querella suspendida por impago de la pensión de alimentos, y una condena de un juzgados de menores a la hija del matrimonio, Rocío Flores, por agredir a su madre.
Todo empezó en diciembre de 2016, cuando Rocío Carrasco denunció a Antonio David por un delito de lesiones psicológicas. La juez ordenó la continuación de los trámites, pero el acusado recurrió y la Audiencia Provincial de Madrid le dio la razón archivando la causa. El caso llegó hasta el Tribunal Supremo, que dio la razón a Antonio David.
Rocío decidió entonces presentar un escrito ante el Juzgado de Violencia de Género sobre la Mujer número 1 de Alcobendas. Fue en 2019, y solicitaba la apertura de diligencias y la ampliación de la denuncia al entender que «han sucedido hechos nuevos e importantes que han llevado a que Rocío padezca unas lesiones psíquicas gravísimas».
En aquel momento, Antonio David había entrado como concursante en GH VIP y su hija Rocío Flores, recién estrenada la mayoría de edad, le defendía en los platós. La nueva denuncia establecía que estos hechos llevaron a que «doña Rocío el 5 de agosto de 2019 acudiera a urgencias por sobreingesta de benzodiazepinas».
La verdad de Rocío
El intento de suicidio de Rocío es precisamente el punto de partida del documental, y según explicó ella misma, «en ese momento no estaba bien, por todo lo que llevaba pasando, nadie lo sabe per ollevo en tratamiento psiquiátrico y psicológico desde el año 2011». En el escrito al juzgado asegura que el desencadenante del intento de suicidio fue la participación de Antonio David en el programa, y la defensa de su hijo.
Algo que también dijo en el documental: «De repente por mi cabeza empezaron a pasar los 20 años anteriores y todo lo que se me venía encima otra vez. No quería volver a sentir miedo y vergüenza, ni volver a sentirme cuestionada por todo el mundo otra vez».
Qué dicen los jueces
Sin embargo, el juzgado consideró que no había pruebas suficientes para la reapertura de las diligencias contra Antonio David. Según la juez, basándose en las pruebas aportadas y teniendo en cuenta que el día que Rocío se intentó suicidar Antonio David aún no había entrado en el programa, «no existen indicios suficientes para acordar la reapertura de la causa, y mucho menos la ampliación de la misma».
En la sentencia, la juez establece que «ni siquiera existen indicios de que el ingreso fuera motivado por el hecho de que Antonio David entrara en el programa televisivo, incluso cuando todavía no había formulado ningún tipo de comentario a la conocida como prensa rosa». Además dice que «a tenor de los informes emitidos por los médicos no pueden determinar la causa fundamental que provocó el trastorno que sufre la perjudicada, ya que entre los hechos relatados por la paciente hasta el primer diagnóstico pasan varios años».
Seis meses después, la Audiencia Provincial de Madrid ratificó la decisión de la juez y concluyó que «con esta resolución no cabe recurso ordinario alguno». El caso sigue paralizado en los juzgados, aunque ya poco importa, porque la justicia ordinaria ha sido sustituida por la justicia televisiva, y esta tiene un impacto definitivo en la sociedad.