Después de un par de años especulando sobre una posible ruptura entre el matrimonio de Iker Casillas y Sara Carbonero, la pareja lanzó el pasado 12 de marzo la confirmación oficial de su separación a través de sus perfiles en las redes sociales.
Ahora ya es más que inminente, Sara e Iker han firmado el pasado 6 de abril su divorcio ante el juzgado número 1 de Pozuelo de Alarcón. El próximo 26 de abril Sara e Iker estarán completamente desvinculados el uno del otro a efectos de la ley.
En la firma de este trámite, ambos han tenido que llegar a un acuerdo sobre el futuro de sus dos hijos en común, Lucas (4) y Martín (7). El buen rollo entre ellos que tanto la periodista como el exfutbolista abanderaban ha quedado demostrado a la hora de determinar quién tendrá la custodia de los pequeños.
Según han informado en una exclusiva de la revista Diez Minutos, entre ellos no han existido redecillas ni por el acuerdo económico ni por quién vivirá con los pequeños.
Sara se queda con la custodia absoluta de los menores, mientras que Iker se conforma con disponer de un régimen de visitas muy flexible y así se ha recogido por escrito.
La familia continuará viviendo en la residencia conyugal, una enorme mansión ubicada en una urbanización de lujo llamada La Finca, ubicada en Pozuelo de Alarcón.
Por su parte, el exdeportista residirá en un ático de lujo muy cerca de su ex mujer y sus hijos, ubicado en la propia urbanización donde vivían hasta ahora y en la que continuará viviendo Sara.
Iker renuncia a la custodia de Lucas y Martín
Llama la atención que, por muy buena relación que exista entre ellos, el que fue portero del Real Madrid haya aceptado las migajas del divorcio que implica cederle la absoluta potestad de los menores a la periodista.
Además, el madrileño también le ha concedido la residencia a su mujer en su propia casa, mientras es él quien hace las maletas y se muda a otro hogar. Cabe recordar que la mansión de La Finca es propiedad de Iker Casillas.
De igual modo, será el ex marido de Sara Carbonero la persona que se encargue de pagar la educación de Martín y Lucas y de llevar y recoger a los pequeños al colegio, como bien hacía hasta la fecha.
Los motivos de la separación
A pesar del éxito profesional del ex guardameta de la Selección Española que debutó la Copa Mundial de fútbol en 2010, en el plano amoroso su vida está patas arriba.
La prensa estudia con lupa cada uno de sus movimientos desde que salió a la luz su ruptura sentimental con Sara Carbonero. Hasta entonces y previamente a los rumores de crisis matrimonial, eran una pareja formidablemente envidiable.
A consecuencia de ello, han salido a la palestra presuntas exnovias o antiguos ligues de Iker Casillas que no le dejan en muy buen lugar. Según han asegurado, el portero podría haberle sido desleal a su mujer, lo cual podría haber sido uno de los motivos de ruptura del matrimonio.
Kiko Hernández dio el bombazo cuando aseguró en 'Sálvame'’ que una de las supuestas amantes iba a dar la cara. El colaborador afirmó que «es una amiga entrañable de Iker Casillas, que ha estado con ella seis años».
Sin embargo, esto no es la única cara oscura de la pareja. También se ha explicado que el padre de Martín y Lucas siente cierta debilidad por la noche madrileña y por el alcohol.
Él mismo confesó en un programa de la cadena de Mediaset que Sara «está contenta, porque ya no puedo pimplar» a raíz del infarto que sufrió. Incluso se ha llegado a señalar que las infracciones o las imprudencias del antiguo portero del Real Madrid se habían silenciado por ser quien era.
Finalmente, los desprecios a la familia de su mujer también fueron parte de los motivos que le hizo decir a Sara se acabó la relación. No obstante, Sara e Iker dejan el pasado atrás, se alían para tener una buena relación por el bien de los menores y toman la que ellos creen que es la mejor decisión.