La gala de este domingo de 'Supervivientes: Conexión Honduras' vino cargada de emociones para la última expulsada de la edición, Elena Rodríguez. Durante la noche, el programa conectó con la ya exconcursante para recordar su paso por el programa, un momento que la superviviente acogió emocionada.
Las lágrimas de la madre de Adara Molinero fueron inevitables al ver su 'Puente de las emociones'. Esta prueba descubrió el interior de la participante de cara a los espectadores.
Sin tapujos y decidida, Elena habló de algunos de los momentos más duros que ella había vivido siendo niña. Tampoco se dejó en el tintero una etapa dolorosa de la vida de sus hijos de la que ella aún tenía sentimientos de culpabilidad y así lo reflejó en su discurso durante la prueba.
El primer encuentro entre la concursante y su hija, Adara Molinero, tras más de 90 días en la isla acabó en un grito de amor. Elena, conmovida por su duro testimonio, no dudó en decirle a sus hijos: «Vivo por y para vosotros. Me he equivocado en muchas ocasiones y pido perdón, pero en lo que más es en no deciros lo mucho que os quiero».
Este lunes, ' Ya es mediodía' no dejó pasar por alto la ocasión de comentar la reacción de Elena. Rosa Benito, exconcursante y ganadora de la pasada edición 'Supervivientes 2011', se vio reflejada en las palabras de la recién llegada de Honduras por lo que no pudo contenerse.
'La isla' le dio una lección a Rosa Benito
A colación de las palabras de Elena, Rosa Benito subrayó en su programa 'Ya es mediodía' que su estancia en el concurso le dio una lección como madre.
«En Honduras me di cuenta de que yo era muy severa con mi hijo el pequeño, porque le pedía cosas que no tenía que pedirle en relación a los estudios, y creo que los hijos tiene que ser más que nada felices. Ahí me di cuenta de lo severa que era. Me tuve que ir fuera para darme cuenta», afirmó Rosa Benito.
Unas palabras agrias pero dulces que concluyeron con una revelación de la colaboradora del programa matinal «Yo me derrumbaba cada vez que pensaba en mi amador. Yo en la isla me di cuenta de que necesitaba a los míos, necesitaba a mi gente y cada vez que me acordaba de ellos era cuando me venía el derrumbe, por eso yo no los nombraba continuamente porque cada vez que los nombraba era para derrumbarme».