La muerte de Rocío Jurado, la más grande, abrió una brecha insalvable en su familia. Esa brecha perdura hasta hoy día y se hace evidente tanto en el cruce de declaraciones que ha habido hasta el momento como en el silencio mediático que se ha autoimpuesto Rocío Carrasco, alejada del resto de su familia, aunque siempre acompañada de su inseparable marido Fidel Albiac.
Hasta ahora el silencio de Rocío Carrasco ha sido rotundo, aun cuando su tía –la hermana de Rocío Jurado- le reprochaba su actitud con sus hijos. Sin embargo, la cosa podría cambiar dentro de poco y podríamos estar viendo a la madre de David y Rocío Flores en algún plató.
Presión mediática sobre Rocío Carrasco
El vía crucis de Rocío empezó a raíz de la entrevista de Amador Mohedano en ‘Sábado Deluxe’. Los Mohedano empezaron a hacer hervir la olla hasta el punto que, como advertía Terelu Campos hace muy poco, la estabilidad emocional de Rocío Carrasco se está resintiendo preocupantemente. Por si fuera poco, ahora se ha sumado la colaboradora Rosa Benito con una brutal confesión que puede hacer que todo salte por los aires.
Rosa Benito desveló un detalle que hace que toda esta historia sea aún más compleja. Se trata de un dato sobre la herencia de la cantaora, como no podía ser de otro modo. «Me pareció superfuerte. Me removió muchísimo lo que contó Amador, como la estancia en Houston de Rocío», aseguraba, mientras los colaboradores de ‘Ya es mediodía’ contenían la respiración.
El error que se pudo haber evitado
Benito se refería a la tasación de las fincas que hizo Rocío Carrasco y que, según ella, supuso una «putada» para el resto de la familia. Sin embargo –y aquí es donde han saltado las alarmas- el lío con la herencia se podría haber evitado, y es que Rocío Jurado se dio cuenta del error durante su estancia hospitalaria en Houston.
«He hecho algo mal... He hecho algo mal y, cuando vaya a España, quiero arreglarlo», habría asegurado la famosa cantante. Rosa Benito afirma que en ese momento quiso arreglar las cosas llamando a la albacea Rosa Iglesias, encargada de hacer cumplir la voluntad de la difunta, pero ésta aseguró que no había mantenido ninguna conversa con Rocío Jurado. El error, entonces, fue dejarlo todo en manos de una sola albacea y a merced de las supuestas artimañas de Rocío Carrasco.
En definitiva, otra pieza más en el complejo rompecabezas que supone la herencia de la Jurado y la eterna ruptura familiar. Es cierto que ha habido otras cuestiones que han desembocado en la disputa de Rocío Carrasco con sus hijos, pero quién sabe cómo habrían ido las cosas si la última voluntad de la más grande se hubiera cumplido.