La relación entre Rocío Carrasco y Rocío Flores se rompió definitivamente en julio del 2012, cuando una pelea entre ambas terminó en una agresión física de la más pequeña a su progenitora. Sin embargo, las cosas entre ellas no siempre fueron así.
La primogénita de Rocío Jurado y Antonio David Flores pusieron fin a su matrimonio poco después de darle la bienvenida a su segundo hijo. Una separación marcada por la polémica y que derivó en una lucha judicial por la custodia de sus pequeños.
Una psicóloga realizó entonces un informe pericial para llegar a un acuerdo sobre la tutela de los niños. Un dosier que, tal y como han señalado en 'Vanitais', no tiene nada que ver con la gran brecha familiar que se generó después o de las declaraciones actuales que ha hecho Rocío Flores.
La hija mayor de Antonio David Flores ha asegurado en sus apariciones públicas que la relación con su madre no era óptima, así como tampoco lo era la convivencia con ella y con su marido, Fidel Albiac, pero sus palabras difieren mucho de las conclusiones a las que llegó el juez que llevaba el caso de su custodia.
El punto de inflexión
Tras la separación de sus padres, Rocío y David Flores contaban con un régimen de visitas. Vivían con Rocío Carrasco y pasaban fines de semana alternos con Antonio David.
No fue hasta el 18 de julio de 2003 cuando la colaboradora y el exguardia civil llegaron a un acuerdo para la custodia compartida.
Un cambio que, según ha explicado Rociíto en su documental, fue un punto de inflexión para los niños, ya que Rocío y David pasaron de estar la mayor parte del tiempo con ella a compartir muchos más momentos con su padre y, en consecuencia, a ponerse en su contra.
El informe que se realizó durante la batalla judicial por la custodia de los entonces menores se hizo una descripción de la nieta mayor de Rocío Jurado.
En el documento se describió a Rocío Flores como una niña con muchas cualidades positivas y que mostraba gran afectividad con su madre en presencia del entrevistador.
La primogénita de Antonio David Flores tampoco verbalizó que tenía problemas en el núcleo familiar materno o en el paterno cuando realizó una entrevista individual posterior.
Las conclusiones a las que llegan los encargados del caso entonces es que a Rocío Flores le gusta la vida que tiene y que la batalla que mantienen sus progenitores son de ellos y no suyos.
De esta forma, el informe hace una evaluación muy favorable de la vida de la nieta mayor de Rocío Jurado y destaca que mantiene una buena relación tanto con Rocío Carrasco como con Antonio David Flores a pesar de que es claramente consciente de la situación que están viviendo sus padres.
El terrible fin de relación entre madre e hija
Según el dosier que se realizó entonces, Rocío Flores respetaba y quería a sus progenitores por igual y describía a su madre como una mujer con la que se identificaba y por la que se preocupaba.
Algo que fue cambiando a medida que fue creciendo y a medida que, según las declaraciones de Rocío Carrasco, Antonio David Flores la fue manipulando para ponerla en contra de ella.
La relación entre madre e hija se fue deteriorando hasta que finalmente explotó de la peor forma el 27 de julio de 2012, cuando una pelea entre ellas derivó en una agresión física por parte de Rocío Flores a su progenitora.
Fue entonces cuando la colaboradora de televisión decidió llevar el caso a los juzgados y su hija mayor fue declarada culpable de un «delito de maltrato habitual, de una falta continuada de amenazas y de una falta continuada de injurias».
Rocío Carrasco y Rocío Flores no han vuelto a mantener contacto desde entonces, hace ya casi 9 años, y parece que por el momento seguirá siendo así porque la primogénita de Rocío Jurado no se encuentra preparada para retomar el contacto.