Rocío Flores está seriamente en entredicho desde hace semanas, pero más aún desde hace dos días. Concretamente desde que su madre (Rocío Carrasco) reconoció que aquella le había pegado una paliza en 2012. Paliza que acabó con ella en el hospital y con la joven condenada por maltrato e injurias.
El testimonio desgarrador de su progenitora dejó en evidencia a la actual colaboradora de 'El programa de AR'. Y no solo eso. Ha servido para certificar lo que muchos ya opinan: que Rocío Flores está teniendo un doble juego en ese espacio presentado por Ana Rosa Quintana. Un espacio al que hoy curiosamente no ha acudido a trabajar.
La cara menos problemática de Rocío Flores
Como hemos mencionado, muchos son los espectadores y colaboradores de televisión que creen que Flores está teniendo doble juego en los platós.
Así, primero, ha mostrado una cara ingenua, inocente, temerosa incluso de los focos y que obvia por completo la polémica. De esta manera es como se presentó el primer día en 'El programa de AR'.
Parecía asustada ante su trabajo como colaboradora. Es más, incluso dejó muy claro y patente que estaba allí para hablar únicamente de 'Supervivientes'. De esta forma, manifestaba que quería alejarse de toda la controversia surgida con la serie documental de su madre.
Ella no iba a hacer comentarios sobre su progenitora ni tampoco sobre su padre (Antonio David Flores). Su papel era solo el de comentar el citado reality, en el que ella participó la pasada edición. No quería crear morbo. Quería hacer su trabajo lo mejor posible. Y muchos la creyeron.
El 'juego sucio' de Rocío Flores
Sin embargo, ese mantenerse alejada de la polémica le duró muy poco. Así, a los pocos días del inicio de su trabajo, se olvidó de todo lo que había dicho.
Ya no era importante 'Supervivientes', importaba hablar de su progenitora. En concreto, lo que realmente importaba era dejar a Rocío Carrasco en entredicho como madre. Consideró, ella sola o con 'ayuda' de su padre, que había que frenar a aquella. Y había que hacerlo por dos motivos fundamentalmente.
Primero, porque iba a sentarse en un plató para conceder una entrevista en directo. Eso podría suponer que desvelara más datos familiares o que lograra más respaldos.
Segundo, porque los siguientes episodios de la serie les dejarían en evidencia, tanto a la hija como al padre. Y es que se iba a hablar de la paliza que Rocío Flores le dio a aquella. Eso daría lugar a que saliera a la luz también lo que ambos hicieron: denunciar a aquella por maltrato. Que toda esa información saliera a la luz y que se demostrara la catadura moral de ambos no les vendría nada bien para su imagen.
Por eso, Rocío Flores hizo un doble juego. Manteniendo esa imagen de chica sensible y sufridora, decidió hablar sobre Carrasco en 'El programa de AR'. Contó que la había llamado, pero que no le había cogido el teléfono. Ese fue su primer golpe: dejarla mal ante la audiencia.
No obstante, por si fuera poco, visiblemente emocionada le pidió a su madre que parara la situación. Y este fue el segundo golpe: ponerla en la picota como la responsable de todo lo que está pasando.
Le salió mal la jugada
Ese doble juego, de no querer contar, pero contar más tarde, ya no engaña a mucha gente. Y no la engaña porque ese supone una mera contradicción, pero no es la única.
Dice querer mantenerse al margen y no opinar. Sin embargo, habla en el programa y, además, usa las redes sociales para realizar publicaciones lanzando 'zascas' a Rocío Carrasco.
Desde hace tiempo ha llorado y explicado que quiere hablar con su madre para acercar posturas. Sin embargo, salvo cuatro llamadas en los últimos meses, nunca antes la ha llamado.
De la misma manera, dice querer frenar la situación. No obstante, parece que esa solo le molesta ahora cuando ella y su padre han sido puestos en el disparadero. Cuando Antonio David, durante veinte años, ha usado los platós y las revistas para arremeter contra su progenitora, entonces no lo pedía.
Sea víctima o no de la vida que ha tenido, está claro que Rocío Flores está entrando en un terreno peligroso. Está 'jugando con fuego' y, al final, podría acabar quemándose.
En el punto de mira de los espectadores
Aunque hay quien la apoya, son muchos los ciudadanos que ya no la creen o que no están de acuerdo con su comportamiento. Y así lo manifiestan en redes con mensajes como estos:
- «Es manipuladora como su padre, aunque él tenga la culpa de que sea así».
- «Es una chica egoísta que solo se dará cuenta del daño que ha hecho a su madre cuando tenga hijos».
- «¿Ella se pensará que no nos damos cuenta de lo que está haciendo?».
- «Esta niña es una sinvergüenza igual que su padre. Me parece muy mal que estos seres estén en televisión, en programas que, por cierto, no veré».
- «Holi, soy Rocío Flores. Jo, me acosan por el docu de mami. Llevan así un mes...Mi adorado papi lleva acosando a mi mamaíta 20 años en la tele, pero a mí eso me da un poquito igual. Llámame mami, que ahora me interesa que te calles la bocaza».
- «A Rocío Carrasco se le cuestiona todo, desde su intento de suicidio hasta que vaya al hospital después de que su hija le dé una paliza. Pero en el programa de Ana Rosa hablan de la revictimización de Rocío Flores».
Está claro que la actitud de la joven no está dejando a nadie indiferente. Su 'estrategia' está en el punto de mira y ella misma también. Esa, la hipocresía con la que ha actuado en ciertas ocasiones y las mentiras que se han desvelado no la dejan en buen lugar. Tanto es así que ya hay iniciativas en redes para que la echen de Telecinco.
Ya tiene 25 años y debería reflexionar muy bien acerca de lo que está viviendo y haciendo.