Rocío Flores pasa de todo, o eso pretende hacer ver. Así, una vez más demuestra que el estrés no va con ella, y encuentra la forma perfecta de relajarse centrándose tan solo en su propio bienestar.
«Estoy tomando la perspectiva de centrarme en mí y en mi salud mental. Quiero poder tomarme esto de la mejor manera posible. Estoy en proceso, yo creo que todo lleva su proceso… y ahí estoy yo», reconocía hace poco.
En más de una ocasión, la hija de Antonio David ha presumido del templo en el que se refugia durante esta época tan complicada, y se refiere claramente a los centros de belleza a los que acude con asiduidad para mimarse y darse tratamientos que la ayuden a verse más guapa y sentirse mejor. Sin duda, una buena forma de lidiar con el vendaval que asola a su familia.
La imagen de su padre ha quedado hecha trizas, y queda claro que la labor de Rocío a la hora de limpiar su nombre es fundamental. Justo por ello, tenerla como colaboradora en programas tan relevantes como el de Ana Rosa, ayudan a que el ex guardia civil, esté un poco más tranquilo.
Además, con la presencia de su hija también en el plató de 'Supervivientes' para defender a su mujer durante el paso por el reality, no cabe duda de que la joven ha dejado muy clara su postura en medio de la guerra con Rocío Carrasco.
La relación entre madre e hija está muy lejos de arreglarse, y aunque en un primer momento Rocío dio muestras de querer acercar posturas con su progenitora, después de que Rociíto haya relatado públicamente la paliza que le dio cuando apenas tenía quince años, ya no quiere saber nada de ella.
A la joven tampoco le ha hecho nada de gracia que María Patiño haya desvelado en 'Socialité' que su padre se había mudado a una urbanización de lujo muy protegida para escapar de la prensa y el acoso mediático. De hecho, ha reaccionado completamente indignada ante la noticia.
A pesar de todo, Rocío se muestra más segura de si misma que nunca, sobre todo después del tremendo cambio físico que ha experimentado. Los numerosos retoques estéticos a los que se ha sometido, sumado al cuerpazo del que presume tras haber perdido varios kilos, y el estilazo que luce a la hora de vestir, la han convertido en una auténtica influencer.
Justo por ello, la hija de Antonio David no tiene problema en mostrarse incluso sin ropa y sacar su lado más sexy mientras se da una ducha. Algo, que comparte con sus más de 700.000 seguidores, los cuales han ido subiendo como la espuma desde que se estrenara la docuserie de Rociíto.
«Mi momento», ha especificado dejando muy claro que ese momento es solo por y para ella. Además, demuestra que no tiene miedo alguno al que dirán, sobre todo porque se siente más que arropada por los suyos, ya que muchos de los miembros de la familia se han puesto de su lado en el conflicto mediático con Carrasco.
A pesar de haber tenido momentos de bajón, algo que interceptaban los paparazzis, quienes la pillaban llorando en plena calle, Rocío se muestra más fuerte que nunca. Una nueva reacción quizás movida por haber dejado de ver la docuserie de su madre, la cual aseguraba que hace semanas que no seguía.
Una estrategia que ha seguido de cerca su tía, Gloria Camila, quien también tomaba la decisión de no seguir escuchando el testimonio de su hermana Rocío, rompiendo así cualquier vía de reconciliación posible.
Justo en la recta final de la emisión del documental, parece que el caos generado en medio del clan de los Mohedano, ya no tiene marcha atrás, y las replicas al relato de la hija de 'la más grande', no han hecho más que empezar.