El asunto de Rocío Carrasco cada vez va a peor, y cada día parece que nos despertamos con algo nuevo y más escalofriante que el anterior.
Así, después de que se hayan hecho públicos ciertos informes en los que se prueba y desmiente a partes iguales la versión que Rociíto ha contado acerca del día en el que intentó quitarse la vida en agosto de 2019, ahora salen a la luz unos audios realmente terroríficos en los que se da a conocer el testimonio de la hija de 'la más grande' ante el juez.
En ellos, se desvela por fin el motivo por el que Rocío podría haber abandonado a sus hijos, cediendo la custodia completo a Antonio David. Algo, que tiene mucho que ver con aquel día en el que su hija le dio una paliza.
«Lo que pasa es que no puedo más porque llega un punto en el que ya son, como les he explicado, diecisiete años. Ya mis hijos no están, veo que no cesa, que esto no cesa, que yo ya lo he hecho todo», narra Carrasco con la voz entrecortada y tartamudeando entre sollozos.
«Lo he hecho todo para procurar que este hecho cesara. En el 2003 firmé un convenio para que mis hijos estuvieran con él. A ver si de esa manera ya cesaba, porque supuestamente lo que quería eran los niños».
Ese sería el motivo que habría llevado a Rociíto a renunciar a sus hijos, la desesperación que sentía por el acoso al que se veía sometida durante tantos años, y que según ella no parecía terminar.
«Yo lo hice así por eso, para ver si todo esto terminaba. No ha terminado, no termina, va a más, esto no tiene un final y yo no puedo más. Cuando el 2003 veo que esto no para, que a mi marido lo pone de narcotraficante; que a mi madre la demanda por mil millones... porque su historia es neutralizar a todo el mundo que esté a mi alrededor», denunciaba ante el juez.
«A mi madre le pone una demanda de mil millones, porque fue a decir que no me trataba bien, que me maltrataba y me quería quitar a mis hijos. Y cuando llegó el momento en el que no pude más dije: 'yo tengo que ir a que me vean'. Yo no quería, no he querido acudir nunca a un psiquíatra, ni a un médico, precisamente porque estaba en proceso todos estos procedimientos para quitarme la custodia de mis hijos».
Además, también apunta a que su gran miedo a Antonio David la habría llevado a optar por no recibir ayuda psicológica cuando más la necesitaba.
«Y yo no quería por nada del mundo que este señor pudiera agarrarse a que yo no estaba bien psicológicamente, y darle un arma para que la usara mediáticamente y judicialmente».
«Aparte de tenerme así durante 17 años, ha puesto a mis hijos en mi contra. Ha llevado a mi hija a que me pegue una paliza. No me deja vivir. No me deja vivir. No consiente que viva. Le cuento todo eso al psiquiatra, cada vez que este señor sale en una portada de una revista diciendo lo que dice, y me tengo que ir corriendo a ver al psiquiatra para que me suba la medicación. Yo he estado con tranquilizantes», narra entre lágrimas Rocío.
Aunque, todo adquiere un tono más oscuro cuando Carrasco decide narrar uno de los peores episodios de su vida, cuando su hija le pegó una paliza y luego fue a denunciarla por malos tratos con toda la frialdad del mundo.
«A partir de ahí fue en crescendo, crescendo: '¡Zorra!, ¡guarra!, mi padre tenía razón. Tú sacabas a los tíos del maletero. Le pusiste los cuernos con siete o con cinco. Tú querías abortar de mi hermano. Mi padre y Olga tenían razón'. Son situaciones que no se las deseo a nadie, hasta llegar al punto de pegarme una paliza, montarse en un coche e ir a denunciarme porque, supuestamente, la había maltratado yo. Y sacar un móvil para llamar y decirle: 'Papá, ya está hecho'» .