Poco a poco las cartas se van poniendo sobre la mesa y los personajes de la historia de 'Rocío. Contar la verdad para seguir viva' que hasta ahora estaban al margen van ocupando posiciones muy peligrosas y que los dejan absolutamente a la altura del betún. Hasta ahora, Antonio David Flores era el único señalado por Rocío Carrasco de haberla separado de sus hijos, pero hoy, en el episodio ocho de la docu serie hemos podido ver que tendría una cómplice muy necesaria y que habría contribuido a desquebrajar la relación de una madre con sus hijos.
La protagonista de la docu serie ha contado que cuando sus hijos pasaban quince días con su padre, volvían totalmente cambiados y le costaba unos tres días volver a ponerlos en situación y desmontarlos de la fantasía que su padre les montaba cuando estaban en su casa. Esto conllevó grandes problemas a Rocío Carrasco con su hija Rocío Flores, que veía que su hija aparecía con collares de cuero y que le hacía quitar para que no se dañase en la escuela. Esta aceptaba, pero cuando luego regresaba de nuevo de casa de su padre, esta admitía que allí le dejaban llevar los collares y que nadie le prohibía tantas cosas.
Carrasco también vio que su hija volvía de casa de su padre con vestimentas dignas de personas adultas y que prácticamente le encajaban mejor a ella que a su hija. Sin embargo, Rocío Flores aseguraba que era Olga Moreno quien le compraba la ropa a grandes cantidades, invitándola a ponérsela. Además, asegura que su hija le dijo que la mujer de su padre había dicho que era una muy mala madre, un mensaje que se fue calando en la niña y que luego no tuvo problemas en repetirle una y otra vez para hundirla.
El machaque de Antonio David hacia Rocío Flores en su casa hizo que cada vez las palabras de la hija hacia la madre fueran peores y que esta no dudara en insultar y menospreciar a su madre para defender a su padre. Una conducta que lógicamente se puede asociar a lo que escuchaba la hija en casa de su padre y que luego repetía cuando se veía cara a cara con Carrasco.
Es sorprendente escuchar como una niña de nueve o diez años le llamaba a su madre puta y la acusara de estarle hundiendo la vida a su padre, algo que no se correspondía con la realidad, pero que formaba parte del imaginario que se le había vendido desde pequeña.
Antonio David absorbió el papel de víctima
Durante muchos años Antonio David absorbió el papel de víctima y aseguraba a quienes lo querían escuchar que por culpa de su mujer, él había perdido su trabajo en televisión y que ya nadie lo llamaba sin trabajar. Sin embargo, hoy se ha demostrado que el colaborador estuvo trabajando durante once años seguidos en televisión enlazando contratos de miles de euros a cambio de hablar mal de Rocío Carrasco y dando por bueno un relato que jamás nadie se atrevió a cuestionar.
Solamente entre el periodo del 2011 y el 2017, Antonio David cerró unos veinte contratos para programas de televisión y revistas dónde accedía a hablar de sus hijos y de su exmujer sin ningún tipo de pudor. Un relato que se escuchaba sin interrupción y con muy pocos colaboradores que se atrevían a cuestionarlo. Pues muchos por amistad le ayudaban a construir su relato público y evitaban complicarle la existencia.
De hecho, en los últimos días hemos descubierto que los pocos periodistas que decidían cuestionar a Flores, recibían advertencias por parte del colaborado y que los amenazaba con interponer demandas contra ellos y sugiriéndoles que si seguían por ese camino, iba a conseguir que les embargasen las nóminas. También se ha afirmado que Antonio David investigaba la vida de todos aquellos que lo cuestionaban y luego los amenazaba con sacar trapos sucios sobre ellos y sus familias.