Miquel Iceta sentado en su escaño del Parlament de Cataluña

Miquel Iceta, el nuevo ministro de Pedro Sánchez: dicharachero y loco por Rocío Jurado

Fue el primer político español en salir del armario, vive con su pareja desde hace diez años y es un gran aficionado al baile

España se ha levantado hoy con la noticia de que Salvador Illa dimitirá mañana como ministro de Sanidad. Y mientras empezaban de nuevo las especulaciones sobre los movimientos de sillas en el Gobierno de Pedro Sánchez, Miquel Iceta publicaba en su cuenta de Twitter un haiku: «Senda de hormigas que… ¿acaso van siguiendo a nubes cimeras?».

Forma parte de su colección particular de este tipo de poemas japoneses breves: todos los días, desde hace dos años, publica uno de ellos. Una invitación a la contemplación casi mística de sus versos, detrás de los cuales se puede leer, a veces, un mensaje político.  

El 2 de octubre de 2016, publicó el siguiente: «Sale volando del alero del templo la mariposa». Un día antes había dimitido el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, tras la crisis abierta al no haber facilitado un Gobierno de Mariano Rajoy con Ciudadanos. Fue el momento más crítico para los socialistas, que se resolvió meses más tarde con la victoria de Pedro Sánchez en las primarias. Y uno de los artífices fue, precisamente, Miquel Iceta.

La relación entre el líder del PSC y el secretario general del PSOE siempre había sido buena, pero desde entonces se fortaleció e Iceta se convirtió en el escudero fiel de Sánchez. Este le pidió un último favor al catalán: que diese un paso al lado para permitir el lanzamiento de la candidatura de Salvador Illa en las elecciones catalanas. A cambio, Pedro Sánchez le ungirá esta semana como nuevo ministro de su Gobierno

Toda una vida en política

Miquel Iceta Llorens nació el 17 de agosto de 1960 en Barcelona, por lo que ahora tiene 60 años. Estudió Ciencias Químicas, pero abandonó los estudios para iniciar una carrera política que ya no ha dejado desde entonces. De hecho se matriculó en Ciencias Económicas, pero fue expulsado al agotar todas las convocatorias para pasar a segundo curso.

En 1978 se afilió a la Juventud Socialista de Cataluña y al Partido de los Socialistas de Cataluña (PSC). Su primer cargo le llegó en 1987, como concejal del ayuntamiento de Cornellà. Durante esa etapa se convirtió en la persona de confianza del histórico dirigente socialista Narcía Serra, que en 1991 le dio un cargo en el Gabinete de la Presidencia.

En 1996 fue elegido por primera vez diputado en el parlamento de Cataluña como número 7 de la lista del PSC. Antes de finalizar la legislatura fue elegido diputado autonómico en el Congreso de los Diputados. Años después, en 2008, le nombraron miembro de la Ejecutiva Federal del PSOE, y tuvo un papel clave en la reforma del Estatut de Cataluña.

Iceta ya no abandonó su influencia en el PSOE, pero poco a poco fue volviendo a la política catalana donde en julio de 2014 fue elegido nuevo secretario del PSC. Poco después empezó el proceso independentista en Cataluña, y desde entonces se ha convertido en el azote de los nacionalistas, que le consideran parte activa de la represión y el bloqueo.

Ese enfrentamiento le impidió alcanzar la presidencia del senado: el 16 de mayo de 2019, en una situación inédita, la cámara catalana bloqueó el acceso del diputado a ese cargo. Su salto a la política española se produce ahora: Illa será candidato en Cataluña e Iceta se hará cargo del ministerio de Política Territorial, cuya titular, Carolina Darias, pasará a Sanidad. 

El primero en salir del armario

«El 12 de octubre de 1999, en plena campaña de las elecciones al Parlament de Catalunya, siendo aún Diputado al Congreso, en el transcurso de un acto para presentar nuestro programa en materia de derechos para gays y lesbianas, hice pública mi orientación sexual». Así recuerda Miquel Iceta, en un texto llamado «Salir del armario», el día que hizo pública su orientación sexual.

Miquel Iceta fue considerado el primer político español en declarar su homosexualidad. «No podía negarme, máxime cuando mi pareja de entonces me animaba a hacerlo, y así lo hice», recordó años después. Desde entonces, ha intentado mantener en equilibrio su contribución al progreso de los derechos homosexuales con la protección de su vida privada.

Miquel desveló que descubrió su orientación sexual a los 14 años: «Me gustaban los tíos, me gustaba Elton John». Confesó que había salido con «una chica fantástica» que le caía muy bien, pero luego empezó una relación con Xavier, un militante de las juventudes socialistas. La noticia no sentó bien en su casa. Lo recuerda como una mezcla de desconcierto y decepción, «pero la relación no se deterioró».

Mucho ha llovido desde entonces. Ahora, Miquel mantiene una larga relación de diez años con su pareja, un chico del que no quiere hablar para mantenerle alejado de los focos. Y aunque dice que da mucha importancia a la fidelidad, también cree que «se puede tener un desliz, porque la fidelidad se tiene en la cabeza».

Dicharachero y loco por Rocío Jurado

Poco amante de los estereotipos, Iceta es sin embargo un esclavo de la iconografía gay y se confiesa un enamorado de Rocío Jurado, de quien se sabe todas las canciones: «Para mí siempre será la gran Rocío». También es fan absoluto de Whitney Huston y de su película «El Guardaespaldas», que ha visto cien veces. Y cuenta que se quedó sin voz cantando el «Never Gonna Give You Up» en un concierto de Rick Ashley. 

Pero si hay una imagen que le acompañará toda la vida es su baile dándolo todo a lo Freddy Mercury en un acto de campaña junto a Pedro Sánchez. Y es que ahí se juntaron sus tres grandes pasiones: Queen, el baile y la política. Desde entonces se ganó la fama de «rock star» del PSOE. Quienes le conocen de cerca lo definen como «encantador, simpático, divertido, un cachondo», y el sólo tiene un lema en la vida: «Que me quiten lo bailao».

Amante del arte y cultivado

Aún así, asegura que ahora vive una vida muy tranquila y que es más de salir a cenar que de bailar. El nuevo ministro del Gobierno de Pedro Sánchez se mueve mucho a pie, y si tiene que coger el coche lo hace a bordo del Golf TDI de segunda mano que se compró en 2014. 

Tiene dos casas a su nombre, le gusta el arte y ha invertido hasta 10.000 euros en una pintura. Habla inglés y francés, y compagina su afición a la música con los haikus, esos poemas cortos japoneses que cada día cuelga en su cuenta de Twitter.