Una pareja española ha protagonizado en una playa de Málaga una pedida de matrimonio que parece sacada de una comedia romántica.
Como se suele decir en estos casos, la realidad ha superado a la ficción. Los prometidos han podido cumplir su deseo de sellar su amor en el lugar donde ambos se conocieron y rodeados de sus seres queridos.
Todo ha sido idea de Enrique, el novio en cuestión, que ha estado varias semanas preparándose para sorprender a su chica, Karol, en plena jornada laboral.
Ella es vigilante de la playa de Torreblanca, Fuengirola, donde se llevó a cabo la emotiva y original pedida de matrimonio.
Un sueño que para ella se ha hecho realidad de la manera más divertida e inesperada. Y es que jamás se hubiese imaginado a su novio llegando a su trabajo vestido de traje y a bordo de una moto de agua.
"He organizado esto con tiempo. Desde hace un mes o así he estado preparando todo: el traje, el flotador, la moto de agua... Solo lo sabían el chófer, que era mi padre, y a los que he tenido que avisar para organizarlo. A mis amigos y familia les dije que tenían que estar en la orilla a esa hora, y ya está. Secreto de sumario a tope", relata el novio a El Español de Málaga.
La romántica y original pedida de mano de un hombre a su novia vigilante de playa
Los bañistas de la playa de Torreblanca en Málaga han sido testigos de una emotiva pedida de mano que se ha llevado a cabo en plena hora punta.
El reloj marcaba las 13:30 horas y el arenal estaba a pleno sol cuando la vigilante de la playa, rodeada de varios curiosos, empezó a vislumbrar una moto de agua. A bordo iban dos personas que se acercaban por el carril de entrada a la playa desde el mar hacia la orilla.
Sin poder comprender muy bien qué estaba sucediendo, Karol no tardó en darse cuenta de que los viajeros a bordo de la moto eran su suegro y su novio. El primero conducía, mientras que el segundo portaba una ropa nada apropiada para una playa.
Ataviado con un elegante e impoluto traje, Enrique no dudó en bajarse del vehículo y dirigirse hacia la orilla mientras las olas batían de frente con sus piernas.
Pero no fue el hombre quién centró toda la atención, ya que portaba un enorme flotador con forma de anillo que ya hacía presagiar lo que se venía.
"Muchas veces la pedida de mano es algo muy íntimo, pero para qué hacer un viaje caro si realmente lo podemos compartir", advertía Enrique a El Español.
Pedida de mano en Málaga por todo lo alto: traje, moto de agua y anillo gigante
En cuanto empezó a acercarse a la orilla, las personas que estaban allí presentes empezaron a estallar entre vítores y aplausos. Nadie daba crédito a lo que estaba sucediendo en lo que un principio iba a ser un tranquilo y habitual día de playa en Málaga.
"En la playa que nos conocimos, ¿qué mejor sitio para pedirte que te cases conmigo?", decía el novio mientras se acercaba a su chica y le colocaba el flotador en la cintura.
Sin perder más tiempo, Enrique quiso dejar claro que ese no era el único anillo que llevaba encima. Tras desatarse el chaleco salvavidas, buscó en el interior de su bolsillo y, mientras se ponía de rodillas, sacó la verdadera joya de compromiso.
"No es tan importante el dinero o el coste como la originalidad y que la gente lo pase bien. Cuando hagamos la boda, eso es lo que vamos a tener más en cuenta, que la gente sea parte", asegura el novio al mismo diario.
Como era de esperar, la novia dijo que sí, aunque no pudo celebrar el compromiso hasta las 19.00 horas, cuando finalmente acabó su jornada laboral más especial.