Paloma Cuevas vuelve a sonreír. La ‘socialité’ está pasando página poco a poco y así lo ha hecho saber a sus seguidores en las redes sociales. La ex de Enrique Ponce ha compartido una bonita y reflexiva imagen en su perfil de Instagram.
Tras su separación de Enrique Ponce, Paloma Cuevas se ha mantenido muy discreta con su nueva vida. La ‘socialité’ se encuentra a caballo entre Madrid, donde estudian sus hijas, y Córdoba, lugar en el que viven sus padres.
Después de 24 años de matrimonio y dos hijas, la ex de Enrique Ponce ha vuelto a sonreír. Hace unos días Paloma Cuevas compartía una foto realizada en la finca familiar de sus padres. La ‘socialité’ posaba subida a un quad enorme, en solitario y vestida con la elegancia que siempre le ha caracterizado.
«¿Mi color favorito? El de un atardecer... cuando el sol sonroja la noche», reflexionaba junto a la imagen que se ha llenado de elogios de sus fans incondicionales.
Su última publicación, en la que aparece sonriente y deslumbrante vestida con una falda rosa y una blusa blanca también ha conquistado a sus seguidores. La imagen ha sido tomada en su lugar favorito, Códoba, donde la ‘socialité’ asegura que descubrió la vida.
«Aquí descubrí la vida y me convertí en amante de su colorido vibrante, su identidad brillante y su agradable talante. La única ciudad de ESPAÑA que atesora cuatro patrimonios de la humanidad», reza el texto que complementa la imagen.
Una vida muy diferente
Mientras Enrique Ponce sigue con su vida de quinceañero enamorado. De hecho este fin de semana se ha visto al diestro haciendo un ‘Tik Tok’ con su novia.
Pero no sólo eso. Ahora el torero parece que va a ser también cantante. De hecho ya ha grabado su primer disco, en el que compartiría tema con el mismísimo Julio Iglesias, con quien se lleva de maravilla.
Su primer álbum, compuesto por diez canciones, ya estaría listo y se estaría negociando con varias discográficas su salida al mercado.
Producido por el grupo ‘Materia Prima’, este nuevo proyecto musical del diestro promete no dejar indiferente a nadie. Y es que nunca es tarde para probar cosas nuevas.