Pablo Iglesias ha reaparecido en un acto público con un notable aumento de peso y todo el mundo está comentando su nueva estética.
La vida política está marcada por el estrés y la presión a la que se ven sometidas las personas que pertenecen a ella. Muchos políticos del panorama nacional han asegurado que durante su estancia en las instituciones su vida se ha vuelto insostenible.
Esta situación afecta a muchos y provoca en ellos una serie de problemas emocionales o conductuales para su salud. De hecho, esta situación se ve acentuada por la presión mediática y la persecución de la prensa.
Uno de los más afectados por su incursión en la política fue Pablo Iglesias. Durante sus años al servicio de la sociedad y como parte del Gobierno de Sánchez le han traído una serie de problemas que le obligaron a dimitir de su puesto.
Los constantes conflictos y las polémicas sobre su vida personal le llevaron a tomar la decisión y alejarse para retomar su puesto como profesor. Desde entonces, ha decidido alejarse de los medios y evita ser captado por las cámaras.
Pablo Iglesias, su cambio estético radical
Tras anunciar la renuncia de su posición política, el exvicepresidente ha querido someterse a una serie de cambios como punto de inflexión. Con ello pretende ofrecer una imagen nueva que se disocie del imaginario colectivo que tenía.
Para ello decidió cortar su mítica coleta que tantos comentarios y críticas le han ocasionado. De hecho, era su mayor seña de identidad y acabar con ella ha supuesto el fin de una etapa y un mito.
Durante su intervención en un evento celebrado por el Partido Comunista Español (PCE) se convirtió en el principal protagonista. En un primer momento por el escrache que sufrió durante su discurso en el que le acusaban de mentiroso y traidor.
Aun así, esta incursión por parte de sus detractores quedó eclipsada por un detalle físico muy evidente. Tras su reapareció todos se percataron de un aumento de peso que distaba de la imagen a la que estábamos acostumbrados.
Esta nueva imagen es apreciable a simple vista y se observa que durante este tipo que ha estado alejado de la política le ha venido bien. Atrás ha dejado el estrés y ansiedad a al que era sometido, lo que le ha permitido relajarse y recuperar su imagen anterior.
Es importante matizar que desde que entró a la política adelgazó, por lo que no es de extrañar que tras su retirada recupere el peso. Aun así, esta situación se ha convertido en una ocasión adicional para que sus detractores le ataquen con ello.
En las redes sociales se han alzado muchas voces para criticar y burlarse de su nueva imagen. Por otro lado, también hay quienes se posicionan a su favor y le dedican halagos tanto por sus palabras como por su estética.
Las redes están más activas que nunca contra él por el discurso ofrecido en el que no duda en atacar a su contraparte política. Pablo Iglesias ha ofrecido su visión sobre la actualidad y sus intenciones para el futuro.
Ni él ni su entorno se ha manifestado públicamente sobre este nuevo debate social y con total seguridad no lo hagan. Este tipo de informaciones no son las que suelen ocupar su mente ni sus intenciones de interacción con la prensa.
Lo cierto es que el exvicepresidente luce una nueva estética perfecta y con ello consigue luchar contra la corporalidad normativa. Además, este debate pone en relieve la gordofobia interiorizada que existe en la sociedad y lo arraigada que está.