Falta muy poco para que llegue la gran final de "Supervivientes 2020". Pero los cuatro finalistas ya están en España.
Jorge Pérez, Hugo Sierra, Rocío Flores y Ana María Aldón se preparan para el último envite encerrados en un lujoso complejo a 25 kilómetros de Madrid. Un exclusivo "resort" que no se parece en nada a las costas de los Cayos Cochinos donde han hecho reír y han emocionado a los espectadores.
Y mientras llega el gran momento siguen regalándonos noticias a base de jugosas declaraciones.
La brutal sinceridad de Ana María
Son muchos a los que Ana María Aldón ha conquistado con su honestidad ante las cámaras.
No quiso hablar con Rocío Flores aún sabiendo que esa actitud podía costarle apoyos.
Ha relatado episodios de su biografía absolutamente desconocidos hasta para su esposo José Ortega Cano como los episodios de malos tratos sufrido por parte de su padre.
Sus detractores opinan que ha sobreactuado en exceso. Piensan que no había ninguna necesidad de contar determinados aspectos de su vida como lo "bien dotado" que está su marido.
Ahora, a cuarenta y ocho horas del desenlace, la gaditana ha querido lanzarle un órdago al torero que ha dejado a cuadros a toda su familia.
Un estanque y un bebé
Ortega Cano ya se puede atar bien los machos. Ana María regresa a casa con dos peticiones muy concretas.
La primera es que quiere un estanque en casa para poder nadar a sus anchas.No le vale con una piscina, no. Tiene que ser un estanque.
La segunda es que quiere que el matador le haga un bebé.Tiene muchas ganas de reencontrarse con Ortega Cano y es tan dichosa a su vera que ha decidido traer un nuevo miembro a la familia.
Así que le ha dado a la hija del diestro y Rocío JuradoGloria Camila este mandado: «Dile a tu padre que se prepare, que te voy a dar otra hermanita»
No sabemos con certeza qué opinará Ortega Cano de todo esto. Fuentes de su entorno señalan que podría estar anonadado por la brutal sinceridad de su señora ante las cámaras. De momento guarda silencio y espera al momento del feliz reencuentro para aclarar las cosas con su mujer cara a cara.