Omar Montes fue el pasado lunes 22 de junio el primer invitado de 'El Hormiguero' en su vuelta a la 'nueva normalidad'.
Allí habló de su vida y de sus nuevos proyectos musicales, que el mismo aseguró ser «candela». Antes de comenzar a hablar sobre su trabajo, el exboxeador quiso aclarar el tema de su polémica fiesta ilegal. «Di una imagen horrorosa y lo asumo», reconoció.
El cantante trató de explicar este lamentable incidente diciendo que él acudió a la macrofiesta con el objetivo de presentar su último hit 'Hola, nena', con el que ha logrado su último disco de oro. Además, aseguró que llevaban mascarilla y que solo se la quitaron para hacerse el vídeo.
«Lamento mucho la situación en la que me vi envuelto y pido perdón a todas las personas que, con razón, se hayan sentido ofendidas por mi comportamiento irresponsable», zanjó el de Pan Bendito.
En el plató de Antena 3, Omar Montes hizo gala de su fortuna y de su actitud derrochadora, lo que causó gran indignación en redes sociales. Algunos consideraron que «no se puede presumir de gastos suntuosos cuando muchos no tienen ni para comer a consecuencia de la crisis sanitaria del coronavirus».
Su ostentación llegó al límite cuando desveló que «siempre lleva encima entre cuatro y cinco mil euros por si pasa por las tiendas de Gucci, Balenciaga y Versace y se quiere dar algún capricho».
La incoherencia preside los actos cotidianos del ganador de 'Supervivientes 2019'. Montes triunfa con la música, posa para los medios de comunicación cuando reparte comida en su barrio madrileño de Pan Bendito, y se pierde nadando en un lujo del que no debería airear públicamente en estos momentos tan duros para la ciudadanía, que muchos han sido despedidos de su trabajo.
El nuevo capricho de Omar Montes
La expareja de Isa Pantoja confesó en 'El Hormiguero 3.0' el nuevo capricho que quiere darse. La confesión pública de Omar Montes dio mucho de que hablar.
El cantante se plantea comprar un avión de segunda mano que debe cumplir algunos requisitos. Fue entonces cuando Pablo Motos quiso darle bola y le enseñó diferentes tipos de aviones, algunos de ellos con un coste de millones de euros, pero el madrileño aseguró que se conforma con uno de menor valor.
El avión que más le gustó fue uno de doscientos cincuenta mil euros, ya que según explicó el estilo es «muy quinquillero, como yo, que soy un cantantucho y me gusta un avión embellecido».