Olga Moreno en el plató de 'Ahora Olga'

Olga Moreno, tierra trágame en plena calle tras escuchar los planes de boda

Olga Moreno reacciona a los comentarios de Marta Riesco sobre una posible boda con Antonio David

Olga Moreno trata de seguir con su vida en Málaga, alejada del foco mediático y de todos los comentarios que se vierten sobre su familia. Desde la distancia contempla como un día tras otro se habla de Antonio David y sus hijos. Una situación que cada vez tiene más asimilada, y con la que parece encontrarse más cómoda.

Recientemente se la pudo ver en una revista mostrándose de lo más cariñosa con Rocío Flores y su novio. Siempre ha estado muy unida a la hija del exguardia civil y más en los últimos tiempos. Al parecer, la ganadora de Supervivientes habría ejercido de mediadora para que la pareja volviera a estar junta.

Hay muchos asuntos pendientes sobre la mesa de Olga Moreno. Como es habitual en ella, procura guardar silencio ante las preguntas de los periodistas. Evita pronunciarse sobre la posible reconciliación de la hija de Rociíto y su chico después de la ruptura.

Foto de Olga Moreno hablando por teléfono
Olga Moreno trata de llevar una vida lo más discreta posible en Málaga. | Europa Press

La misma actitud mantiene cuando le consultan por las últimas imágenes de ella en compañía de un chico. Se especuló con que podría tratarse de algo más que una amistad, pero desde su entorno lo desmintieron. Es una persona próxima a ella con la que existe una buena relación y no hay nada más.

Tampoco quiso hacer referencia a las últimas noticias que han destapado sobre Antonio David Flores. El excolaborador de televisión estaría viviendo de los donativos que le dan sus seguidores de su canal de Youtube. Ella prefiere guardar silencio.

Sin embargo, le cuesta más mantener las formas cuando se le interroga por Marta Riesco y sus planes de futuro con su todavía marido. La reportera de Telecinco aseguró hace unos días que le encantaría casarse con Antonio David. Eso sí, él debe conseguir antes el divorcio.

Ante esta cuestión, a Olga Moreno se le escapa una sonrisa, sin poder contenerse. Posiblemente fuera a consecuencia de la presión que estaba soportando, en donde estaba siendo perseguida por una periodista interesada en conocer su opinión.

Cuando se le pregunta si le hacían gracias los deseos de Marta de pasar por el altar, ella contestó de manera negativa. "No, no, no me hace gracia", aseguró inmediatamente. Posiblemente se había dado cuenta de que ese gesto podría interpretarse de muchas maneras.

Montaje con las caras de Marta Riesco y Olga Moreno
Olga se ríe de los planes de matrimonio de Marta Riesco. | La Noticia Digital

En cualquier caso, los protagonistas de esta historia son los que mejor conocen cómo está la situación en estos momentos. Desde hace tiempo se rumorea con que Antonio David no tiene intención de formalizar la separación por ahora. Prefiere centrarse en sus batallas judiciales, consciente de que un divorcio en estos momentos podría perjudicarle.

Olga Moreno le pone las cosas sencillas a su todavía marido

Olga Moreno da por enterrada su relación con el exguardia civil. Hace apenas un par de semanas él abandonaba el domicilio familiar, trasladando sus pertenencias a otra vivienda de Málaga.

Antonio David Flores pillado saliendo de casa de Marta Riesco

La mayor parte del tiempo permanece en Madrid, en donde convive con su nueva novia. Los viajes entre Málaga y la capital son constantes, sobre todo para estar cerca de sus hijos. Con ellos trata de mantener un trato cercano, ejerciendo de padre cuando la situación lo requiere.

Mientras tanto, la empresaria sevillana está centrada en su negocio de moda y en el cuidado de su pequeña Lola. También se ocupa de David y Rocío, a los que considera prácticamente sus hijos. En ellos se ha refugiado durante el último año, recibiendo también el cariño de sus hermanas, que han estado pendientes de ella en todo momento.

Olga Moreno quiere pasar página y dejar atrás el capítulo de su vida al lado de Antonio David. Haría cualquier cosa por borrarlo y convertirse en un personaje anónimo.