Sandra Barneda y Nagore Robles son muy poco dadas a hablar sobre su vida privada. Sin embargo, de vez en cuando no han podido evitar hacer alguna confesión.
Así, Robles desvelaba la forma tan curiosa y romántica en la que comenzó su relación. Y es que a pesar de que la colaboradora parece una mujer que no se anda con tapujos y bastante valiente, no se atrevía a decirle a Sandra Barneda lo que sentía por ella.
De hecho, su romance comenzó a forjarse en los platós de Mediaset, donde saltaron las primeras chispas.
"Estábamos trabajando juntas, y cada vez que se sentaba a mi lado, yo me ponía muy nerviosa. Se notaba que había algo, pero no hablábamos, solo hablábamos en plató", confesaba Nagore Robles.
"A mí me encantaba, me gustaba más que comer con los dedos, pero no me atrevía a decirle nada. Así que decidí organizar una reunión con todos los colaboradores y salir de fiesta, porque no me atrevía a estar a solas con ella", reconocía.
Durante esa salida entre compañeros, ambas llegaron a quedarse solas. "Al marcharnos, nos quedamos las dos atrapadas en el ascensor. Yo me quedé callada, y ella me dice: 'Bueno, habrá que hablar de esto, ¿no? ¿Qué nos sucede?'"
Sin embargo, Nagore Robles estaba demasiado nerviosa cómo para decirle nada a Sandra Barneda, y ambas protagonizaban una anécdota de lo más divertida.
"Y yo me quedé parada, sin saber qué contestarle. Estábamos en un hotel de Plaza de Castilla, el ascensor subió, y entraba uno de los botones del hotel. Entonces nos pregunta: '¿Suben?' Y nosotras le dijimos que sí. Pero fuimos incapaces de movernos o hacer nada", explicaba.
Durante un buen rato, parece que las dos se quedaron hablando y mirándose. Tanto es así, que el ascensor no paraba de bajar y subir, pero ellas no echaban cuenta del tiempo.
Nagore Robles recuerda cómo fue su primera cita con Sandra Barneda
"Luego volvió a bajar y nos lo volvimos a encontrar, y claro, el hombre nos miraba extrañado. '¿Qué hacen aquí?' Todavía Sandra no se había acercado. '¿Están bien?', nos preguntaba", en referencia al botones del hotel, que parecía no entender muy bien lo que pasaba.
"Bueno, hasta que ella dijo: 'Tenemos que irnos de aquí'. Y ese día no nos atrevimos a nada más. Al día siguiente nos íbamos a ver en plató. Yo no había tenido nunca tantas ganas de ir a trabajar".
A raíz de ahí, todo comenzaba a desarrollarse de forma rápida. "Y ya días después quedamos para tomar un café, la invité a subir a mi casa, y claro... parecía eso un bazar", confesaba Nagore Robles sobre Sandra Barneda entre risas.
"A ella le encanta la decoración, tiene una casa preciosa, y la mía era horrorosa. Mis amigos cada vez que se iban del edificio me dejaban sus muebles, a cada cual más feo".
"Cuando entró a casa, lo primero que dijo fue, 'me tienes que gustar mucho para aguantar mucho'. Y esa tarde nos dimos el primer beso, y ahí me di cuenta de que estaba coladisima por ella".
Unos detalles que hasta hora desconocíamos y que ayudan a entender un poco mejor la forma en la que surgió su historia de amor, que a lo largo del tiempo ha atravesado numerosos baches.
Recientemente, la propia Nagore confesaba que no estaba pasando por sun buen momento.
"Esta semana he petado, tuve ansiedad, muchos nervios, he tenido varías reuniones que no me han dejado pegar ojo tres noches seguidas", comenzaba explicando.
"Lloré mucho una tarde entera, suerte que tenía terapia ese mismo día. Hoy estoy tranquila aunque mi estado no depende de mis planes".
"Llevo aparentando y ocultando mi estado anímico mucho tiempo, pero me siento mal si lo hago. Creo que ya no necesito esconderme, ya no tengo que mostrar lo que no soy", aseguraba.