Desde que saliese a relucir su relación con Antonio David, Marta Riesco no gana para disgustos. La reportera ha pasado de la tranquilidad que le brindaba el anonimato, a tener que soportar burlas y críticas constantes.
Una realidad para la que no estaba preparada y que ya le ha pasado factura de la peor forma, llegando incluso a pedir una baja por estrés.
Pero, lejos de calmarse, la situación parece haber ido a peor. Riesco se ha encontrado con el rechazo de sus compañeros, que ya no soportan sus salidas de tono.
De hecho, muchos bromean con las infulas de estrella que se gasta, y es que la reportera llegaría al punto de encerrarse en el baño durante horas para hacerse fotos.
Una situación que exponía el programa Socialité y que empieza a ser bastante molesta para las personas que trabajan con ella. Tanto es así, que incluso le ponían una estrella en la puerta del baño en la que se podía leer 'camerino de Marta Riesco'.
Al parecer, la novia de Antonio David Flores sigue siempre el mismo ritual cada mañana antes de ponerse a trabajar.
"Primero pone música, luego despliega todos sus utensilios de maquillaje, busca la luz adecuada, prueba su mejor perfil, arquea sus cejas en una pose interesante al más puro estilo influencer y ya tiene la imagen perfecta". El problema es que no le importa pasar el tiempo que haga falta.
Marta Riesco sigue estando en el ojo del huracán
Cierto testigo ha llegado a asegurar que la joven pone una papelera a modo de tope para que nadie pueda entrar en el baño mientras hace los vídeos. Y como sus compañeros no pueden pasar, decidieron gastarle una broma que no le hizo mucha gracia.
"No podemos hacer nuestras necesidades porque Marta ocupa el baño muchísimo tiempo, atranca la puerta con una papelera y se mete dentro a maquillarse, a hacer bailecitos y a hacerse fotos", se lamentaban en el programa de María Patiño.
Tras soportar esta nueva oleada de acusaciones, la protagonista del momento no tardaba en pronunciarse.
"Supongo que es para que la gente se ría y yo pase un poco de vergüenza...", aseguraba. Sin embargo, ha dejado claro que le da completamente igual lo que le digan.
Y, con la cabeza bien alta, Riesco "volvía a grabarse con su habitual bailecito frente al espejo para no perder la costumbre".
La tensión con sus compañeros ha ido escalando en los últimos meses. Sobre todo desde que la reportera supuestamente decidera imponer exigencias a los responsables de la cadena ante su nueva condición de 'estrella'. Entre ellas, tener más horas en cámara o que "no se emitiera ni una sola imagen que sea de antes de operarse la nariz".
A pesar de que la periodista decidía tomarse la situación a risa, no dudaba en defenderse y dejar claro que la información no era cierta.
"Me da la risa que el testigo sea un hombre cuando yo entro al baño de chicas", explicaba. "Entono el 'mea culpa' porque me maquillo a las 5 de la mañana, cuando me hago un premaquillaje, y luego me maquillo cuando hago un directo", añadía.
"Es cierto que voy con mi neceser porque ya no podemos maquillarnos en peluquería. Lo más fuerte es que yo he visto a otras compañeras lavando el tupper ahí, que es más asqueroso", replicaba molesta.
"Una cosa es decir que me maquillo y otra intentar ridiculizarme, humillarme, vejarme...", remarcaba.
Sin embargo, pese a todo, parece que la reportera ha dado pie a una nueva moda: "Me escribe gente con sus vídeos en el baño. Estoy muy orgullosa porque he creado escuela", anunciaba. "Aprovecho para pedir a la dirección un espejo de cuerpo entero", proseguía entre risas.