El caso de Rocío Carrasco no es un hecho puntual. Después de su testimonio en la serie documental 'Rocío, contar la verdad para seguir viva', los rostros conocidos del país han seguido su ejemplo y se han armado de valor para relatar en público sus horrores.
El fenómeno de la hija de Rocío Jurado ha avivado la lucha contra la violencia de género y ahora las personas conocidas del país, como Lucía Dominguín, se suman a denunciar a sus verdugos públicamente.
La madrileña narró en el plató de 'Viernes Deluxe' el calvario que vivió desde que sintió que le habían arrebatado a dos de sus hijos hasta que los recuperó.
Para entender su historia, la hermana de Miguel Bosé recordó a los espectadores cómo fue su relación con su primer marido, Alessandro Salvatore, y padre de Bimba y Olfo Bosé.
La hija de Lucía Bosé y Luis Miguel Dominguín conoció al futuro padre de dos de sus hijos durante un viaje que realizó a Italia. Con tan solo 17 años, Lucía Dominguín contrajo matrimonio con el ingeniero italiano.
El matrimonio trasladó su residencia a Cuernavaca (México). Un año después de casarse, nació Bimba. La hermana de Miguel Bosé recuerda los primeros ocho años de su relación con su primer marido muy felices.
Sin embargo, el idilio se desmoronó en el momento en el que el padre de sus hijos le faltó al respeto. Los líos de camas de Alessandro Salvatore salieron a la luz contados por él mismo. Harta de esta situación, la ex concursante de 'MasterChef' puso fin a su relación y regresó a España.
«Termina la relación por faltas de respeto que hacía públicamente. Me puso los cuernos», confesó la entrevistada en el plató de Telecinco.
En el momento en el que se separaron, comenzó el horror para la hermana más desconocida de Miguel Bosé: perdió la custodia de sus hijos. Alessandro Salvatore aprovechó la coyuntura para destruir psicológicamente a su exmujer.
Cuando Bimba tenía 11 años y Olfo 6, el italiano con la tutela de los menores a su favor, se trasladó a Estados Unidos con los niños. Alessandro Salvatore hizo todo lo que estaba en sus manos para que su exmujer no volviera a ver a los niños.
De hecho, Lucía Dominguín confesó este viernes que durante un año y medio no pudo ver a sus hijos. Su propia exsuegra fue quien le telefoneó para informarle de que su exmarido había secuestrado a Bimba y Olfo.
«Dos días antes de cuando tenían que venir me llama mi suegra y me preguntó que cuándo llegan. Me dice que no los voy a volver a ver. Se me corta la voz todavía cuando lo digo», relató.
Acto seguido, su primera reacción tras esta fatídica noticia fue quitarse la vida, según ha contado la madre de Palito Dominguín. «Yo digo… ¿Perdona, qué me estás diciendo? Cogí el coche y quería estamparme, estuve a un centímetro de estamparme y de quitarme la vida», confesó.
Pero rápidamente se dio cuenta de que suicidarse era perder la guerra contra su exmarido y decidió armarse de valor para pelear por sus pequeños. «Dije eres idiota, va a ganar la lucha, si haces esto le estás dando la razón», relató.
Lucía comienza la guerra después de intentar suicidarse
Tras el intento de suicidio y tomarse un tiempo para pensar, la hermana del cantante comenzó una dura batalla para recuperar a Olfo y Bimba, a quienes su padre les había dicho que su madre les había abandonado.
Lucía Dominguín viajó hasta dónde vivían sus hijos para traerlos de vuelta a casa. «Estuve meses en un hotel de México tratando de poderlos ver. Pensaba desde mi inocencia que iban a saltar a mis brazos, que me iban a querer. ¡Qué va! Les habían comido el coco y pensaban que los había abandonado, que yo no quería saber nada de ellos», aseguró.
Para ella, el único móvil que tuvo su exmarido de querer arrebatarle a sus hijos fue que ella dijera 'basta ya'. Alessandro Salvatore casi consigue arrebatarle a Bimba y Olfo y, por extensión, que la hermana de Miguel Bosé se quitara la vida. Pero finalmente, nada de esto lo logró.