El testimonio de Rocío Carrasco no ha dejado a nadie indiferente. España se ha dividido en dos bandos: quienes la creen y la apoyan en su lucha contra Antonio David Flores y quienes se postulan del otro bando despreciando cada palabra salida por la boca de la protagonista.
Pero también la verdad de Rocíito ha salpicado a los miembros de su familia, como era de esperar, así como a los que no tienen la sangre de la Jurado, pero sí son allegados al entorno de esta.
Rocío y David Flores Carrasco no están pasando por su mejor época desde que su madre biológica ha dado un golpe en la mesa y se ha lanzado al vacío para contar todo lo que vivió con el padre de estos jóvenes veinteañeros.
Pero además, la exmujer del Guardia Civil se ha cansado de tapar y proteger a su hija, Rocío Flores. Aunque ha intentado ser suave en el episodio relacionado con los malos tratos que recibió por parte de su hija, la imagen de Ro se ha ensuciado.
David, como bien ha recalcado todo aquel que le conoce, es un niño feliz. Pero, en palabras de su hermana, esta historia le está pasando factura y su felicidad se ha empañado.
El mundo se ha olvidado de una pequeña gran parte que también iba a ser víctima de todo este entramado de los que ya, a día de hoy, son adultos.
Es el caso de Lola, la única hija fruto del matrimonio entre Antonio David Flores y Olga Moreno; la hermana pequeña de los Flores Carrasco.
El testimonio de Rocío Carrasco tiene daños colaterales: una niña de 6 años
La menor que tan solo tiene 6 años está sufriendo en sus propias carnes el revuelo social y la cólera contra su padre que se ha desatado en la sociedad después de que la madre de sus hermanos relatara cada episodio de violencia y faltas de respeto que sufrió con el colaborador mientras eran pareja.
Su hermana Ro ha puesto todo su empeño en mantener apartada de todo este conflicto a quien ella apoda como ‘mini yo’. La primogénita de Antonio David Flores siente predilección por sus hermanos y se ha adjudicado el rol de protectora de ellos.
Pero dada la magnitud del conflicto mediático que reina sobre los padres de la colaboradora de Telecinco, ha sido imposible mantener en una burbuja a Lola y que no se enterara de nada de lo que estaba sucediendo alrededor.
Los niños no son tontos y Lola es una persona muy avispada y vivaracha, según dice su familia y quienes la conocen. La pequeña sabe que algo en casa no va bien.
Para colmo, la primogénita de Olga tiene que lidiar con los comentarios malintencionados de otros niños cuando juega o acude al parque.
Para la pequeña, al igual que para nadie, es fácil descubrir cómo corre de boca en boca que tu padre es un monstruo y un maltratador. Mucho menos cuando los niños y las niñas le hacen este tipo de 'bromas' ofensivas a la hija del ex guardia civil.
No cabe duda de que son palabras muy duras e hirientes, más aún cuando se refieren a una persona que se quiere, como un padre en este caso.
Pero más doloroso es cuando en la piel de una niña de 6 años, esta tiene que hacer frente a estos calificativos que sabe que son negativos, pero no la magnitud de hasta dónde llegan estos conceptos.
A todo esto hay que sumarle que su madre, Olga Moreno, se encuentra en Honduras, lejos de ella para transmitirle calma y fuerza. Aunque su hermana Ro no la deje ni a sol ni a sombra porque Lola también es un daño colateral de esta historia y lo está sufriendo.