A la hora de tratar el tema de su hija, Rocío Carrasco se ha mostrado muy fría y crítica con todas las manifestaciones públicas de acercamiento que la joven ha mostrado desde que se convirtiera en una figura pública.
«A lo mejor el día mañana entiende el significado de ser madre, del sacrificio que implica. Vi una imagen en la que le dicen algo de mí, y ella le dice: 'Si supieras lo que mi hermano y yo hemos vivido, no tendrías esa opinión de mi madre'. Es contradictorio», ha dicho al respecto de la intención de su hija de convertirse en madre.
Para Carrasco, el paso de su hija por un reality como 'Supervivientes' no es más que una estrategia de su padre, y una muestra de la clase de persona en la que ha terminado convirtiéndose. Así, alega que no reconoce en absoluto a la Rocío que ve en televisión.
«Al final, de lo que te das cuenta es de que habla como su padre, que es víctima y verdugo. Tiene las mismas palabras, ya que al final y al cabo con esa visión ha crecido. Califica de calvario lo vivido en mi casa, una palabra demasiado grande. Yo viví un horror los últimos años con ella, una pesadilla continua», ha arremetido con dureza.
Y es que Carrasco se ha mostrado incapaz de ver las imágenes en las que su hija aparece llorando por ella. «No me hace bien verlo, porque sé que no es real. Lo digo, no porque no fuese real ese sufrimiento, sino porque durante años dice que su madre es Olga, y de repente, ¿se va a 'Supervivientes' y su madre soy yo?», le ha reprochado.
«Han sido siete años en los que no ha mostrado interés, no se ha preocupado por saber como estoy. Cuando vuelve de 'Supervivientes' no me llama. Me llama en diciembre de 2020, y no le cogí el teléfono, porque esa llamada se produce muy pocos días después de que a la mujer de su padre le llegara la denuncia por revelación de secretos. Esa llamada no era para algo bueno», ha manifestado Rociíto acerca de esas supuestas llamadas.
«Pese a lo que dicen de que mi hija me ha llamado a mi en 6 ocasiones, y que no solo no le he cogido el teléfono, sino que le he llegado a decir 'aquí no vuelvas a llamar, yo no soy tu madre', quien me conoce una mínima parte sabe que no es verdad», ha revelado entre lágrimas.
«Se han dicho muchas cosas, y ninguna son verdad», ha insistido. «Mi hija no me ha felicitado el cumpleaños nunca jamás desde que se fue de mi casa, y lo hizo por la tele. Tuvo que irse a kilómetros de casa, y tenía que ganarse el favor de la gente», ha opinado al respecto de esas desperadas muestras de afecto de Rocío Flores desde Honduras.
«Si hubiese querido hacerlo en privado, lo habría hecho, eso no es verdad». Durante su paso por el reality, Rocío Flores reconocía abiertamente que estaba dispuesta a un acercamiento con ella, ya no solo por si misma, sino también por su hermano. Aunque, dejaba muy claro que no tenía necesidad de pedirle perdón a su madre por nada.
«De eso que ella dice que siente, ¿se ha dado cuenta en Honduras? No hay un ápice de verdad, esa imagen no es veraz. Yo no tengo nada que decirle públicamente. Cualquiera que lo vea desde fuera, se puede pensar que está loca por ver a su madre, pero detrás hay una intención», ha explicado dando a entender que su hija iba al reality con el papel muy bien preparado.
«Ella sabía que no iba a hablar públicamente, que no iba a decir nada en su contra. Aquí no existe nada al azar, no hay nada que que no esté perfectamente cuadriculado en una hoja de ruta. Todo se dice por algo y para obtener un beneficio económico. Mi hija fue con un guión supervisado por su padre. Lo sé, porque conozco a mi hija. Sé quien es la persona en la que se ha convertido, y no es la que ha salido ahí», ha rematado.
«Rocío no se ha preocupado de saber cómo yo he estado. Los hijos se deben preocupar por los padres también, porque somos los que damos vida, los que educamos», ha zanjado. «Todo, para obtener la imagen de niña buena y desamparada. Yo me he preocupado por mi madre, sabía que estaba enferma y estuve a su lado cuidándola».