«Horrorizados», así se encuentran los miembros de la familia real inglesa después de las últimas declaraciones del príncipe Harry. Si bien la entrevista que el hijo de Lady Di y Meghan Markle concedieron a Oprah Wenfrey había conseguido calentar los ánimos, parece que las últimas palabras que el duque de Sussex le ha dedicado a los suyos, han terminado por dinamitar todas las vías a una posible reconciliación.
Por lo visto, Harry culpa a su familia por haberle encerrado en una especie de jaula. «Es una mezcla entre ‘El show de Truman’ y estar en un zoológico», se ha expresado acerca de su vida en palacio. «No quiero este trabajo, no quiero estar aquí, no quiero estar haciendo esto, mira lo que le hizo a mi madre», asegura que llegaba a pensar de forma constante una vez que se dio cuenta de lo que implicaba su cargo como duque.
La presión mediática pudo con él y con Meghan, el claro motivo por el que decidieron alejarse de la familia real británica, aunque poco sabíamos acerca de otros detalles escabrosos. Por ejemplo, la discriminación y el racismo con el que aseguran que Markle y su hijo Archie fueron tratados. «Les preocupaba el color de su piel», insinuaba implacable la actriz.
Sin embargo, si bien esas declaraciones pudieron llegar a molestar a 'La Institución', -tal y como ellos la califican-, nada que ver con la reacción que Harry ha conseguido despertar entre los Windsor en esta ocasión. Están horrorizados de que pudiera hacerle esto a la reina cuando el duque de Edimburgo acaba de ser enterrado. Implicar a su abuelo en esto es tan impactante e irrespetuoso..., aseguran desde el diario británico 'Daily Mail'.
De hecho, le acusan de mostrar 'una implacable falta de compasión' con su propia familia, a la que no duda en atacar una y otra vez. Además, no comprenderían de donde viene ese nuevo ataque cuando durante el funeral del duque de Edimburgo los ánimos parecían haberse calmado.
El príncipe Carlos incluso se había mostrado dispuesto a un acercamiento con su hijo, y así lo indica la felicitación que hizo a su nieto Archie por su segundo cumpleaños, a pesar de que solo ha podido verle en unas cuantas ocasiones contadas.
Además, durante el último adiós a su abuelo, el duque de Sussex mostró también su intención de acercar posturas con su hermano Guillermo y su cuñada Kate Middleton, por lo que este movimiento ha dejado a todos sin palabras, habiéndoles pillado completamente de imprevisto.
Mientras tanto, desde palacio intentan lidiar con este jarro de agua fría de la mejor manera posible, y alegan que: el duque de Sussex ha pasado una gran cantidad de tiempo enfatizando que no es diferente a los demás y atacando a la institución que, según él, le ha causado tanto dolor.
En Palacio hay una sensación cada vez mayor de que si le disgusta tanto la institución, no debería tener los títulos. Deberían dejar los títulos en suspenso, para que sigan existiendo, pero sin ser utilizados. Deberían convertirse en Harry y Meghan. Y si se niegan a hacerlo, tendrían que explicar por qué
¿Se ha cansado la reina Isabel II de aguantar las impertinencias de su nieto? A pesar de que todavía no ha habido una petición formal a Harry y Meghan para que renuncien a sus títulos, -lo que rompería por completo y para siempre el lazo de unión con la realeza-, diversas fuentes aseguran que sí que habría presiones muy fuertes para que sea la propia pareja la que renuncie.
Y, si Harry tenía planeado asistir al evento de la inauguración de la nueva estatua en honor a su madre, el próximo 1 de julio, queda claro que la tensión se podrá cortar con un cuchillo.