Rosa Benito, Gloria Mohedano y José Antonio Rodríguez en la 10ª edición de la Semana Cultural Rocío Jurado en Chipiona, el 28 de agosto del 2019

La hermandad de Rocío Jurado y Rosa Benito manchada por la sombra de la traición

Jesús Mariñas ofrece detalles hasta ahora desconocidos acerca de la relación entre las cuñadas

El documental de  Rocío Carrasco  ha puesto patas arriba la historia de su familia, incluídas las lealtades que hasta ahora nadie se había atrevido a cuestionar. Y, concretamente, una de ellas es la de  Rosa Benito y Rocío Jurado, cuya relación se ha visto cuestionada tras el fallecimiento de 'la más grande'.

Rociíto ha dejado muy claro que se siente dolida, porque siente que su familia le ha fallado. Sobre todo, a raíz de que se hayan paseado por los platós de televisión para hablar sobre su vida, además de posicionarse al lado de Antonio David, a quien han apoyado en su papel de padre perfecto.

Desde que se estrenara el documental, Rosa no ha dejado de desmentir el testimonio de su sobrina, con el que asegura sentirse descolocada en ciertos aspectos. 

«Lo veo como una película de terror, de esas cosas que no te crees… Estoy descolocada, no sé qué decirte. En el 2011 se casa mi hija Rosario y es todo precioso, lo pasamos muy bien, estamos todos… Hay se respiraba un ambiente maravilloso, vivíamos un ambiente muy bonito», sostiene la que fuese cuñada de Rocío Jurado.

Y es que para ella, todo lo que se veía de puertas para fuera, en lo que se refiere a Carrasco y sus hijos, no hacía preveer lo que estaba por venir. Ya que justo un año después, en el 2012, Rocío Flores le pegaba una paliza a su madre y se iba a vivir con su padre. Poco después, también lo hacía su hermano David. 

Sin embargo, un tema que, sin duda, consiguió hacer explotar a Rosa en pleno directo, fue el de la enfermedad de Rocío Jurado y la etapa que pasó en Houston para tratarse del cáncer de páncreas que terminó con su vida. Según la versión de Carrasco, ella se pasaba las noches cuidándola, aunque la ex de Amador Mohedano  no ha dudado en desmentirlo. 

«Rocío Carrasco no se quedó ni una sola noche con su madre, ni una. Llegamos y había tres turnos: mi cuñada Gloria, Rocío y yo. Yo, por cosas que he vivido en mi vida, de mi hijo, las noches sé lo duras que son, y a mí me gustan. Yo soy la que hago todas las noches», desmontaba Benito la versión de su sobrina.

De lo que no cabe duda es de que entre Rosa y 'la más grande' había una gran unión. Así lo recalca Jesús Mariñas en su sección 'Verdades piadosas' de la revista 'Diez Minutos'. «Fueron como hermanas o más. Mantuvieron una amistad por encima de las circunstancias. Con mutua devoción, coraje y voluntad lo superaron todo», señala el tertuliano.

«Resistieron, seguramente lucharon y valientes supieron aguantar. Hace veinte años, La Jurado y Rosa fueron inseparables, envidiadas, y criticadas, todo hay que decirlo, por su compenetración y recíproca entrega».

Mariñas añade además que su unión era tal, que incluso se vestían igual. «Causaban envidia, asombro, desconcierto, rumores disparatados, y hasta maliciosas sospechas», indica. Y es que durante toda la carrera de 'la más grande', Rosa se convirtió en su sombra. Como peluquera, ayudante, confidente y amiga. Una relación que también les permitió recorrer medio mundo juntas.  

«No extraña, ni sorprende, que Rosa ahora haya recordado con lágrimas en los ojos cómo reaccionó Rocío Jurado al saber que padecía un cáncer de páncreas que se la llevó en 2006, cuando su carrera estaba en lo más alto», señala el periodista.

Tras el fallecimiento de la cantante, ese salto que la cuñadísima dio a la televisión, donde durante años se ha dedicado a hablar sobre su vida, experiencias y recuerdos familiares, fue visto como una traición. Y es que tal y como afirma Rociíto en su docuserie, todos se subieron al carro, aunque también es cierto que dejó muy claro durante la entrevista que concedió en directo, que la seguía queriendo y que para ella seguía siendo su tita.

«Rosa se siente dolida con su sobrina 'porque para decir tu historia no puedes mentir', denuncia sin reservas y abre el melón para próximos enfrentamientos, disputas y distanciamientos familiares», zanja Mariñas, quien además advierte que «puede liarse gorda».