La ganadora de 'Gran Hermano 17', Bea Retamal, se ha hecho un nuevo cambio de 'look' y ha vuelto a su melena rubia. Un cambio sorprendente después de haberla visto el pelo súper corto hace muy poco. Bea siempre le ha gustado cambiar de pelo tanto de color como de largo, aunque para ello haya tenido que recurrir a las socorridas extensiones.
Durante los dos últimos años hemos visto a Bea con media melena rojiza/rubia, de rubia platino de larga cabellera y hasta más recientemente, con pelo súper corto que dicho sea, le favorecía bastante.
Puede que todos los cambios que está teniendo en su vida sentimental le estén llevando a cambiar de imagen con más frecuencia de lo habitual. Bea está pasando por su primera crisis con su novio Rodrigo, al que conoció en 'GH' . Ya en marzo de este año anunciaron que no estaban pasando por un buen momento y más tarde dieron por concluido su canal en común en Mtmad 'Rodéanos'
Actualmente Bea luce ahora una melena rubia larga, con flequillo y ondas en las puntas. En el vídeo que la exconcursante ha subido a las redes sociales, Bea aparece junto al peluquero que ha hecho posible su transformación, con la que está encantada. «Me siento más divina que nunca y todo gracias a un profesional como él», subraya la gran hermana en Instagram.
Bea está dejando atrás su anterior look, pero con ello también puede que pase página en otros terrenos, como el sentimental. Rodrigo ahora vive en Madrid, mientras que ella está en Valencia rehaciendo su vida, lejos de la que ha sido su pareja durante más de dos años.
Bea y Rodrigo han publicado en una de sus intervenciones en la web de Mediaset su «primera crisis», como ellos la han llamado. En su vídeo de despedida de su canal de Mtmad, ambos aparecen tristes al despedirse de sus seguidores pero todavía se nota el cariño que hay entre ellos. Como la expareja reconoce, durante estos dos años y medio lo han contado todo en su canal y esta sobre exposición les ha llegado a agobiar y a influir en su relación. Aunque se han tomado un paréntesis en su relación no podemos decir que las puertas estén del todo cerradas para una reconciliación.