Uno de los principales problemas a los que se tienen que enfrentar los inversores inmobiliarios es a encontrar cómo financiar sus operaciones. Y es que las fórmulas convencionales para que un inversor pueda conseguir su primera propiedad de inversión es a través de un préstamo bancario o con transacciones en efectivo.
Aunque si bien es cierto que ambas formas son válidas, pueden existir otras alternativas que, según el caso, resulten más o menos interesantes.
Aquí es donde aparece el concepto de financiación creativa o inteligente; hace referencia a aquellas estrategias y métodos poco convencionales que ayudan a conseguir fondos para diferentes inversiones. Ofrecen unas características que, si se toman en consideración y se manejan con cuidado, pueden ser muy interesantes.
Tipos de estrategias financieras para inversiones inmobiliarias
A lo largo de este artículo vamos a analizar algunas estrategias financieras para inversiones inmobiliarias que pueden ayudarte:
1. Hipoteca sin entrada
Una hipoteca sin entrada es un recurso muy atractivo y, en determinados casos, también factible. Se trata de un tipo de transacción que implica que el prestamista financie al 100% el valor de la propiedad, evitando que se tenga que llevar a cabo un pago inicial. Es muy útil para que el inversor se adentre en el mercado inmobiliario sin tener que hacer elevados desembolsos iniciales de capital.
En esta modalidad será el prestamista quién asuma todo el riesgo al financiar la totalidad del valor del inmueble. Esto se consigue a través de diferentes recursos, como con acuerdos con las entidades bancarias, en programas gubernamentales o con préstamos privados.
Cómo en cualquier tipo de transacción, habrá que analizar las condiciones; es posible que las hipotecas sin entrada se presenten con unas tasas de interés más elevadas para compensar el riesgo que asume el prestamista, aunque no tiene por qué ser así.
Para acceder a una hipoteca sin entrada, el solicitante debe cumplir con algunos requisitos como: estabilidad laboral, antecedentes crediticios y capacidad para poder hacer los pagos mensuales requeridos. Dependiendo de cada programa o prestamista, los requisitos pueden variar bastante.
2. Sociedades de inversión inmobiliaria
Otra alternativa que se le presenta al inversor de inmuebles es asociarse con otros inversores mediante lo que se conoce como una Sociedad de Inversión Inmobiliaria.
A través de esta alternativa, varias partes se unen para financiar de forma colectiva una propiedad. Así se reducen los gastos, riesgos y se elevan las posibilidades de éxito.
Además, en ese grupo que se forma podemos encontrar a personas con muchos conocimientos y experiencias en el sector, así que otros individuos que no tengan tanta experiencia pueden aprovecharse.
Aunque es más fácil que un proyecto funcione con esta estrategia, también hay que considerar que los beneficios habrá que repartirlos si todo sale bien.
3. Financiación personalizada para el vendedor
En determinadas condiciones, el vendedor tiene la opción de negociar la transacción de forma directa con el vendedor del inmueble. Esto quiere decir que el propietario se convierte en el prestamista para ofrecer un trato más versátil (por ejemplo, podría ser una fórmula de contrato de alquiler con opción a compra).
Es un recurso de alto interés si el inversor no lo tiene fácil para poder acceder a un préstamo convencional, o si está buscando algo más propicio a sus intereses.
4. Crowdfunding
El crowdfunding se ha convertido en una tendencia en los últimos años. Una de sus principales particularidades es que se puede adaptar a prácticamente cualquier tipo de sector, como ocurre con el ámbito inmobiliario.
Aplicado a este sector, se basa en llevar a cabo la inversión en proyectos inmobiliarios a través de plataformas online. Varios inversores podrán aportar fondos para colaborar y así comprar un inmueble en común.
Es un recurso similar a las sociedades de inversión inmobiliaria, con la particularidad de que contamos con Internet para dar a conocer nuestro proyecto y así alcanzar a posibles socios que no conseguiríamos de ninguna otra manera.
Es muy interesante para hacer realidad proyectos de alta calidad y reducir el desembolso económico inicial.
5. Líneas de préstamos y créditos
En el caso de que ya hayas hecho una inversión inmobiliaria con anterioridad, y tengas una propiedad o un grupo más amplio, puedes recurrir a las líneas de crédito para la financiación de nuevos proyectos.
Digamos que actúan como una especie de garantía para poder usar el valor acumulado y así conseguir financiamiento extra.
Sin embargo, también supone unos riesgos muy importantes, ya que podrías perder todo lo que tanto te ha costado conseguir si no solicitas un préstamo que se adecue a tu situación financiera.
Estas 5 estrategias financieras te ayudarán con tu inversión inmobiliaria. Echa un vistazo a todas las opciones disponibles, empieza a sopesar los pros y los contras y verás cómo encuentras la fórmula que mejor vaya contigo.
¡Ahora tan solo te queda seguir adelante con tu proyecto y luchar para hacerlo realidad!