Emma García en el plató de 'Viva la vida'

El secreto que Emma García ha contado de Aitor, su desconocido marido

La presentadora de 'Viva la vida' dejó a todos con la boca abierta tras confesar en directo un aspecto de su vida privada

Emma García en el plató de 'Viva la vida'
Emma García confiesa en directo un secreto sobre su marido Aitor | Telecinco

Poco se conoce sobre la vida de Emma García. La presentadora de 'Viva la vida' siempre ha procurado mantener al margen de su profesión a su familia y pocas son las veces que menciona aspectos de su vida íntima. Sin embargo, poco a poco Emma ha ido dando algunas pinceladas en su programa y hemos podido conocer algunas vivencias que la presentadora ha tenido durante la cuarentena.

El pasado fin de semana, Emma García confesó a todos sus compañeros de programa qué era lo que más envidiaba de su marido Aitor. Un secreto que desveló en directo y que sorprendió al resto de colaboradores y espectadores que no se esperaban ese arranque de sinceridad por parte de la presentadora que, además, incluía de lleno a su pareja.

«Mi marido ha cumplido 50 años y no tiene ni una cana, me da una envidia» decía después de recordar que, debido a la pandemia, no había podido ir a la peluquería en meses. Con motivo del estado de alarma, Telecinco tuvo que prescindir de los profesionales encargados del maquillaje y peluquería de los presentadores y colaboradores, lo que les obligaba a buscar alternativas para salir perfectos en la pantalla. Ahora todo ha vuelto a la normalidad y vuelven a disfrutar de sus maquilladores y peluqueros.

Pero esta no ha sido ni mucho menos la confesión más íntima que Emma García ha tenido en 'Viva la vida'. Hace unas semanas la presentadora mostró su lado más cercano y sincero al explicar cómo le había afectado el confinamiento en su vida sexual.

Más natural que nunca, la vasca aseguró que «los primeros días estaban tan preocupada (por el coronavirus) que no tenía ganas. Ahora ha llegado un momento que me he venido arriba» confesaba al resto de sus compañeros que la escuchaban sorprendidos y bromeaban mientras que Emma respondía con una sonrisa.