Cristina Sánchez llora la pérdida del que posiblemente ha sido el hombre de su vida.
Se trata de Antonio, su padre, que fallecía a consecuencia de una enfermedad contra la que llevaba luchando unos cuantos meses. Ella está destrozada, sobre todo porque no contaba con este fatal desenlace tan pronto.
La relación entre ambos era muy especial. El banderillero fue una pieza esencial en su carrera. Le ayudó a romper barreras y a convertirse en la torera más popular de España pese a los obstáculos que había.
Afectada por el dolor, Cristina ha querido despedirse de su padre a través de un mensaje en Instagram. Compartió con sus seguidores una imagen de los dos vestidos de luces antes de una corrida. Estaban preparándose para ponerse delante del toro.
Junto con la emotiva fotografía añadió unas palabras de agradecimiento. "Gracias por todo, gracias por tanto papá. Como te voy a echar de menos", aseguraba.
Continuaba diciendo que "me enseñaste una forma de ser, de estar y de sentir. Compartimos momentos infinitos. Vivirás siempre en mí".
Cristina Sánchez estaba muy unida a su padre
La pasión por los toros se la debe a él. Antonio era banderillero de profesión, y en un primer momento no era partidario de ver a su hija en una plaza. Era conocedor del riesgo al que se enfrentaba.
Finalmente acabaría cediendo, consiguiendo que ella rompiera barreras en un mundo protagonizado por hombres. De esto hace ya más de 25 años. Recibió la alternativa en la plaza francesa de Nimes en 1996.
Tuvo como padrino a Curro Romero y a José María Manzanares como testigo. Con ellos tuvo la oportunidad de formar cuadrilla su padre, que con los años se convertiría en apoderado de su hija.
Como era de esperar, la publicación de Cristina Sánchez se llenó de mensajes de cariño. Sus amigos y seguidores se volcaron con ella. Entre ellos Cayetano Rivera o Emilio de Justo, que se encargaron de mandarle sus condolencias.
Hubo una fotografía que fue muy reveladora y que ponía en valor la relación que mantenían padre e hija. La compartió hace un año en redes sociales, con motivo del cumpleaños del banderillero, que también coincidía con el suyo.
Tras felicitarle, la torera no tuvo inconveniente en expresar su admiración hacia él. En aquel instante ya se encontraba inmerso en la lucha contra la enfermedad que acabaría con su vida.
"Tenemos tantas cosas en común, que hasta para nacer coincidimos en el día 20 de febrero. Felicidades, este año más que nunca. Siempre has sido un espejo para mí", explicaba.
Incidía en que eran momentos muy duros, en "los que te veo luchar como un jabato por librar esta dura batalla". Confesaba que pocos conocían de "nuestros desvelos, viajes, entrenamientos, regañinas, historias".
Cristina Sánchez echa la mirada atrás
Cristina Sánchez estaba muy agradecida por la exigencia "que me inculcaste y me exigías todos y cada uno de los días. De ese compromiso que teníamos el uno con el otro de no fallarnos. Le señalaba como la persona más importante en esa etapa de su vida, en la que todavía estaba en activo.
Quiso destacar un momento de su infancia del que nunca se olvidará. "Te pedí si me podía ir contigo al parque de bomberos, me alucinaba ver cómo se preparaban. Como salían corriendo en esos camiones con el ruido inmenso de las sirenas cuando tocaban los timbres", apuntaba.
Aquella noche, de la "emoción de saber que iba a pasar una jornada con mi padre, ya no dormía", rememora. Sin lugar a dudas, se trataba del hombre de su vida, el que le ayudó a cumplir sus sueños.
Si Cristina tuvo la oportunidad de vestirse de luces fue gracias a Antonio. La persona que la respaldó en todo momento y con la que más complicidad tenía.